Hace varios años entre las joyas que encontré leyendo, copié este versito: “I ask a simple question, the truth I only whish, ¿are all fishermen liars?, or ¿do only liars fish?” (Hago una simple pregunta y solo quiero la verdad: ¿Son todos los pecadores mentirosos?, o ¿sólo los mentirosos pescan?).
Parodiando este verso, me pregunto: “¿Son todos los políticos mentirosos?, o ¿sólo los mentirosos pueden ser políticos?
Al parecer, es requisito imprescindible mentir, para tener éxito en la política. Los dos más grandes mentirosos de la política ecuatoriana ( Bucaram y Correa), han sido definitivamente los dos más mentirosos de nuestra vida republicana, y al mismo tiempo, los más exitosos.
¿Es que al pueblo le encanta que le mientan? o es que el cinismo de la mentira, causa hilaridad y ¿al pueblo le gusta reírse de su desgracia?
Más creo que debe ser lo segundo. Es una pena la pobreza intelectual del pueblo. Esta irreflexión del pueblo, es la que puede llevarnos a la destrucción del país, como lo conocemos actualmente.
Considero la libertad el bien más preciado del hombre. Habiendo vivido, a Dios gracias de lejos, los atropellos, injusticias, asesinatos, paredones, restricciones y exterminios masivos que vivieron Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Venezuela, y algunos países africanos, valoro la libertad, como lo más grande que se puede anhelar.
¿Es que a la gente le gusta que “le den pensando”? O es que ¿en verdad prefieren vivir oprimidos y en la miseria?
¡Hago un llamado a la cordura! ¡Reflexionemos! Busquemos vivir en paz con nosotros mismos y con los demás y no hagamos el papel de tontos útiles, para los que quieren robarnos nuestra libertad y nuestra felicidad.
Como decía el Dr. Leopoldo Izquieta Pérez: “Fácil es decir, lo difícil es hacer”. Prometer es fácil. También es fácil prometer sin tener los recursos y llevarnos a lo que nos llevó el Gobierno anterior. A dar un servicio caótico que provocó una atención anárquica, que produjo más muertes, en vez de ayudar a la población. No es cuestión de soplar y hacer botellas. A Dos gracias, con remiendos, ya se puede dar una atención mejor, pero aún distamos mucho de una atención gratuita digna para todos los ecuatorianos.