Nos debería preocupar que ganó Joe Biden Jr., creo que no, los norteamericanos sea quien sea su presidente, saldrán a seguir trabajando, porque si no lo hacen, no comen.
Así debería ser nuestro País, pero no lo es, ya que quien quede de presidente en el siguiente año, determinará el rumbo a seguir en el ya alicaído Ecuador en el que vivimos.
Que soy pesimista, en lo absoluto, creo que tenemos la suficiente madurez para ya percibir que seguir votando por líneas ideológicas fracasadas en todo el mundo, no nos llevan a nada y es un desperdicio de la única arma autorizada para liquidar a los que ya han liquidado al País.
Con sobrados ejemplos en este país, se ha determinado que es un gran fiasco el llamado socialismo del siglo XXI, peor aún, el ya tradicional socialismo a secas que una vez más nos lo quieren vender, como solución parche para el fracaso y despilfarro que ellos mismos generaron, al mando del “de mente lúcida”.
El modelo de desarrollo de ciudades como Guayaquil deben ser copiados, no por gusto, pasamos de ser ejemplo a nivel nacional, a ser ejemplo primero regional y posteriormente mundial en lo que respecta a mejoramiento de calidad de vida y a administración pública eficiente, así mismo en esta actual administración municipal, se pasó de ser el patito feo de américa por el tema del Covid 19, a ser constructores y diseñadores de protocolos para mejorar la atención a una ciudad con alto impacto de contagios y que los mismos ya han sido puestos en práctica en otras ciudades del País y del mundo.
Sinceramente me hubiera gustado que gane Trump, porque considero que dejó una economía estable en ese país y el índice de desempleo en uno de los niveles más bajos de los últimos tiempos, a más de que tradicionalmente, los norteamericanos aplauden con una reelección a un presidente que cumple, pero parece que los berrinches de niño rico, muy similares al de uno de nuestros eternos candidatos, (al que no lo dejaban vivir), ya aburren y el electorado piensa mucho más a la hora de consignar su voto.
En las próximas elecciones, tenemos el deber y la obligación de votar con mucha responsabilidad, económicamente recién veremos los efectos de la etapa Covid, a partir del 2021, en estos momentos solo observamos la punta del iceberg y si nos volvemos a equivocar en la futura elección, la montaña que está debajo del agua, se convertirá en el monstruo que nos atrapará con todos sus tentáculos dañinos.
Considero que no es tan complicado elegir, las muestras están a la vista, que ciudad sigue fuerte y pujante por siempre y esos eficientes administradores a que postura están apoyando. BIDEN, 2021 ¿y?