23 noviembre, 2024

¿Qué pasará el día que nos digan que podemos salir?

Por más de siete meses, la pregunta constante a nivel mundial ha sido: ¿cuándo se acabará todo esto? En medio de lo que ha sucedido este año, no podemos esperar al instante en el que la pandemia llegue a su fin. Sin embargo, luego de tantos cambios y nuevas realidades, ya no se tratará tanto de cuándo, sino de cómo lo haremos. La relativa vuelta a la normalidad, y una incierta pero pendiente llegada de una segunda ola, juegan con nuestra paciencia. Por eso nos preguntamos, ¿qué pasará el día en el que nos digan que podemos salir? No el día que nos quitaron las restricciones del toque de queda, tampoco el día en el que los restaurantes volvieron a abrir con un aforo reducido. Hablamos del momento en el que verdaderamente podamos salir con toda la seguridad y tranquilidad con la que vivíamos antes. ¿Llegará el día? ¿Desearemos salir?

A pesar de que esperamos que la pandemia tenga sus días contados, debemos aceptar que nos ha enseñado que nosotros también los tenemos. La vida nos enfrenta contra algo más grande que nosotros mismos, y eso nos moldeará como sociedad. Pero, ¿qué pasará con nosotros como individuos? Al salir, ¿seremos mejores? ¿Seremos más o menos genuinos? ¿Estaremos tomando impulso hacia adelante? O quizás retrocederemos, pero con una visión diferente del pasado. ¿Qué habremos aprendido? ¿Será un cambio a corto o largo plazo? No sabemos si querremos recorrer el mundo, o más bien conocer más de lo nuestro. ¿Compraremos menos? ¿Respiraremos más liviano? ¿Aprenderemos lo que realmente importa? ¿Sabremos perdonar?

Llegado el día en el que podamos salir, no es seguro si tendremos la vida que teníamos antes, o si giraremos nuestro timón hacia otras direcciones. Lo que es seguro es que esta agridulce lección nos deja claro que no debemos volver a esperar a que la vida se nos frene para tomar la decisión de comenzar a vivir.

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