En verdad, la actuación de Trump, no lo muestra como un hombre confiable. A mi modo de ver, piensa en lo económico y en cómo sacar provecho. Indudablemente, como el mundo está en el camino del materialismo, sería factible que logre por ese lado, la reelección.
Mi preocupación va más allá. Me inquieta el giro que está dando el mundo hacia el camino que lleva de la libertad al libertinaje y cuál puede, por ese camino, ser el destino de la humanidad.
Todos sabemos que, en las elecciones pasadas, en votos ganó la Sra. Clinton, pero en el colegio electoral, Trump barrió. Esto indica que la población americana está pegando un giro muy peligroso, a mi modo de ver, hacia la permisividad y la voluntariedad individual, sin normas ni restricciones.
Los grandes perdedores, en este camino, son los principios morales, las buenas costumbres, el respeto y el sentido común. ¿Trump es ejemplo de moralidad, de decencia? ¡Definitivamente NO! En ningún aspecto. Sin embargo, si usted quiere decir que piensa que lo moral, lo correcto, el respeto a los demás, es lo que debe prevalecer, se ve obligado a votar por Trump.
Uno de los mayores errores de la humanidad, es la permisividad. Por medio de ella, se ha ido cambiando el mundo. La agresividad de las minorías, que buscan romper esquemas y la permisividad de las mayorías que, en vez de advertir que ese es un camino errado, pero que cada persona tiene su libertad, siempre y cuando no haga escándalo y respete la libertad de los demás, han permitido que la inmoralidad y el libertinaje se miren ahora como algo normal e incluso deseable.
Si se habla de respeto, de derechos humanos, no se puede siquiera pensar en que el asesinato pueda ser una forma de arreglar problemas y peor si hablamos de asesinar a inocentes. Si ni siquiera se permite la pena de muerte en el caso de un criminal consuetudinario.
Trump no es ejemplo de moralidad, sin embargo, defiende lo moral. Ojalá esta elección la gane y esto abra los ojos a los demócratas para que se den cuenta de la necesidad que tiene el mundo de volver al cauce de la moralidad y las buenas costumbres.
Con mucho respeto me permito decirle que cuando los políticos, aún los mejor intencionados, quisieron quitarle lo «salvaje» al capitalismo, comenzaron a disminuir las inversiones y a aumentar el desempleo y la pobreza en el mundo.
Trump podrá tener muchos defectos pero como es un empresario y no un político profesional, tuvo que lidiar con todas las dificultades que ponen estos últimos a la empresa privada y que seguramente para él, es lo que estaba haciendo que las inversiones y el empleo se vayan a otros países.