El falso demócrata prófugo silenció al país con palo, cárcel y eliminación de personas e instituciones. Con Manifiesto de Quito, “FSP”, Brisas Bolivarianas, dirigentes indígenas, asambleístas y la propia Asamblea “calladita al ataque a la institucionalidad, paz y seguridad de las personas y bienes de la nación, ¿esperando el desenlace?”, prefecta y alcalde que los recibió con brazos abiertos y no defendió a Quito en el Golpe de Estado de Octubre-19 con 821 millones de pérdidas.
Si la alcaldesa de Guayaquil no los paraba en el Puente de la Unidad Nacional, “Moreno era sacado del poder destruyendo a la bella Perla del Pacífico”. Armaban ejército propio, fueron premiados, ayudados a huir y las islas de paz fueron guaridas de protección de los violentos. La Asamblea con los cargos propuestos y censura de la ministra Romo, “¿sacralizará el terrorismo y golpismo, dejando indefensos a los ciudadanos, Fuerza Pública y bienes públicos y privados”?
La censura a la ministra debe ser por no proteger a la Contraloría como lo hacía Correa con la Policía en la Tarqui y 6 de Diciembre: “quemaron pruebas de la corrupción de unos y otros y todos contentos e impunes”. Las “Fuerzas Armadas” ante la indefensión del país por los saqueadores desde el poder y las calles en 14 años, “que fue vejada, ultrajada, desarmada y atacada en sus cuarteles” – similar situación con la Policía – Con iguales derechos de 17 millones y deberes expresos por la paz, seguridad, integridad y la democracia. Constitucionalmente, debieron interponer demandas a los vandálicos para que sean juzgados y ¿no amenacen al país con más terrorismo impune?
Las leyes que protegen los DD.HH., están sirviendo a los anarquistas y subversivos para debilitar a la fuerza pública y de esta manera propiciar la ingobernabilidad en los países democráticos.
Cuando el gobernante no los complace, crean el caos para imponer desde la calle su agenda.