3 diciembre, 2024

Latinoamérica: La Tierra de la Constante Crisis

Un conversatorio con personas pertenecientes a once países latinoamericanos discutía las diferentes maneras para impulsar el crecimiento sostenible de pequeños empresarios en la región. Cada persona contaba sobre la situación de su país, de su cultura, y se expresaban los diferentes panoramas con el fin de generar posibles soluciones para el final del webinar. Sin embargo, un comentario resaltó entre todos. Una chica argentina agregó: “entre todas nuestras diferencias, parece que lo que nos une es siempre sabernos levantar de las constantes crisis.” Se generó una pequeña risa entre todos los presentes, y se agregaron comentarios sobre el orgullo que debemos tener de nuestra “inquebrantable resiliencia” como región. El conversatorio continuó, pero la palabra resiliencia se mantuvo en el aire. 

Somos una región con gastronomía variada e inconfundible. Nuestros ritmos y música se reconocen y aclaman aquí y en el resto del mundo. Estamos llenos de soñadores que trabajan, y de tierras que no necesitan químicos para fecundar. Sin embargo, lo que sobresalió como el verdadero factor común sería esta supuesta resiliencia para soportar nuestros constantes estados de emergencia. Qué tan “latinoamericano” resulta elegantemente llamarle resiliencia a nuestra falta de introspección y memoria.  

A mediados del siglo XIX, Latinoamérica tenía una situación mucho más privilegiada que muchos países asiáticos en términos de PIB. Sin embargo, el paso del tiempo hizo que ellos despunten con ciudades creadas de cero y liderando industrias de tecnología, mientras que nosotros seguimos siendo los mismos que defienden a sus crisis como parte de su cultura. Pero no tendría que serlo. 

Latinoamérica es hogar de un capital humano variado, de recursos naturales únicos y de microclimas que son envidiados por el resto del mundo. Lo que nos falta no son los medios, sino tomar responsabilidad como latinos y como ecuatorianos de no esperar a que terceros nos salven de nuestras propias malas decisiones culturales. Que con el pasar del tiempo dejemos de defender nuestras debilidades para que, con trabajo, finalmente logremos liberarnos de ellas. 

Artículos relacionados

Corrupción: golpe mortal

En estos momentos de renovación y de reinstitucionalización del sistema universitario es más importante que nunca encausar la esencia propia de la experiencia universitaria: enseñar a razonar con rigor y a obrar con integridad tanto en la experiencia estudiantil como luego en la carrera profesional y en el ejercicio ciudadano a sus educandos.

Gran parte de la culpa de nuestra profunda crisis de valores, indiscutiblemente se posa en la columna vertebral de nuestras instituciones universitarias. Son estas instituciones, quienes han propiciado un golpe mortal al futuro desempeño ético de sus laureados estudiantes, condenando a una grave crisis sin límites a la institucionalidad del país.

Nuestra vergonzosa crisis, se alimenta y fortalece en los programas y pensum académicos de cada una de las carreras profesionales que nuestras instituciones universitarias ofrecen a miles de jóvenes inexpertos y ávidos de pavimentarse un camino seguro al éxito económico. Es ese el fin que corrompe la misión universitaria. Ese mensaje de éxito a cualquier precio, donde ya no logramos diferenciar el verdadero significado de virtud con el de estupidez y de éxito con mal habido poder y consecuente estatus.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×