Dos noticias de estos días en los diarios me preocupan: La primera sobre el gran costo de los embarazos de adolescentes y la otra, sobre impulsar las adopciones extranjeras.
1.- Efectivamente, el embarazo de adolescentes es un embarazo de alto riesgo, sobre todo en mujeres de menos de 15 años. Sin embargo, Ecuador tiene la mortalidad más baja en los embarazos de adolescentes en América latina. Reconozco que económicamente significa un gasto y es necesario evitarlo, poniendo reglas y disminuyendo la carga sexual de los medios de comunicación.
2.- La otra noticia que llamó mi atención es el de las adopciones extranjeras, que menciona. que el índice de adopción en Ecuador es del 0,6% al año, por cada 100.000 habitantes, la más baja de la región. Me parece muy importante fomentar la adopción, pero no tanto de niños extranjeros, sino de ecuatorianos, pero, ojo: que eso no sea para abrir la puerta a adopciones para parejas del mismo sexo, o de solteros. Las adopciones deben ser para completar hogares, en parejas con matrimonios estables, de hombre y mujer, que no pueden tener hijos. Si el Gobierno quisiera en verdad apoyar a los ciudadanos, podría regular racionalmente la solución del problema, creando casas de acogida para los productos de embarazos fortuitos o no deseados.
Si en vez de fomentar los abortos, como los criminales de la ONU, o los negociantes de la IPPF desean, porque quieren practicar abortos para poder negociar asquerosamente los productos de los abortos, el Gobierno se preocupara de agilitar las adopciones, para poder entregar en adopción los niños abandonados a los 2 o 4 meses de edad, y no como lo hacen actualmente a los 6 u 8 años o más, haríamos un gran bien, tanto a los niños como a sus padres y a la sociedad entera, pues se los podría educar muchísimo mejor a esos niños y habría muchísimos menos traumas psicológicos.
La adopción es un excelente medio de ayuda. He visto resultados maravillosos y he podido seguir varios niños adoptados a lo largo de mi carrera profesional. Sobre todo, cuando se logra entregar niños de pocos meses, la adaptación se permite sin traumas y resultan unos extraordinarios seres humanos