Los políticos han convertido a nuestro país en una gran cloaca.
La corrupción y la falta de moral en la clase política, han contagiado a la sociedad y en la actualidad, somos un conjunto de seres supuestamente privilegiados y beneficiados que vivimos en un maravilloso país, donde realmente todo se destruye gracias a la zapada, la coima y los negociados que se pueda hacer desde el poder.
La clase política es la fuente germinante y generadora de esta inmoralidad social.
Aspirar a un cargo público, no es una meta movida por el patriotismo y el servicio a los demás.
El cargo público es la llave mágica para que mal utilizando la influencia que le otorga el poder, el beneficiado pueda cuadrarse económicamente de por vida y tener una existencia llena de prebendas y riquezas, pese a los raquíticos sueldos que devienen en los cargos obtenidos.
Los partidos políticos son verdaderas mafias criminales que operan bajo el amparo de la ley, la corrupción y la inmoralidad.
Son tan iguales a la cosa nostra, los carteles de la droga, la mafia Siciliana o la familia de Vito Corleone.
Ustedes pensarán que exagero porque los Corleone mataban, robaban, utilizaban influencias, compraban jueces, eran los dueños de la policía, de los políticos etc.
Aquí hace poco, en varios centros comerciales de Zamborondón, asesinaron a tres extranjeros y a uno lo silenciaron para siempre dentro de la penitenciaría del litoral?
La amoralidad de nuestra sociedad es escalofriante.
La falta de valores y peor aún los antivalores que tienen los íconos a seguir por las generaciones futuras, son los nuevos anti héroes de una sociedad corrupta en la que se ha convertido la gran cloaca en la que tenemos que vivir bajo la mentirosa y falsa democracia constitucional de un inexistente país controlado por la ley.
Siempre los políticos han ofrecido lo mismo.
Que el Ecuador es rico, que nuestros recursos naturales son lo máximo etc.
Son mentiras verdaderas que se repiten y tienen como objeto la manipulación afectiva del ignorante voto de los desposeídos.
Hasta ahora no he oído a nadie decir que meterá preso a todo funcionario que haya robado. Tampoco he escuchado que se recuperará todo lo que se ha robado.
Si se quisiera cambiar este corrupto país, se debería meter preso a todos los ladrones que han atracado mediante el mal uso y abuso del poder.
Con tan solo afirmar esto como promesa de campaña a cumplir a raja tabla, habría una renuncia masiva de los ladrones enquistados en la maquinaria del poder.
Por primera vez se comenzaría a limpiar la cloaca nacional.
La solución a los males nacionales no está en las ofertas demagógicas que se hagan.
La solución está en obligar a no robar a quién ejerza un cargo público y meter en la cárcel a quienes si lo hagan.
Nuestra patria necesita a gritos descloatisarse.
Para ello tenemos que dejar de ser una sociedad corrupta y no permitir el robo nacional como política de estado.
Mientras tengamos gobernantes como los actuales, jamás el país saldrá adelante, mientras los corruptos sean los que dicten las leyes, jamás vamos a desratizar el país, hemos visto como los corruptos a pocos meses que termine su periodo se retiran de sus cargos y todo ha quedado quieto, ya tienen la vida de ellos la de sus nietos y bisnietos asegurada por siempre, debería venir un gobierno que en realidad cambie las leyes para que todos estos corruptos devuelvan lo robado y quiten lo mal adquirido empezando por Lerdín.
Concuerdo Miki
Se requiere un cambio profundo en la forma de ser político y hacer política en el paìs.
Ahora la polìtica solo sirve para tener poder y lograr prebendas para èl, su familia y amigos.
Se ha demostrado a lo largo de la historia republicana del Ecuador, que pocos políticos, realmente sirvieron a la naciòn, la mayorìa se sirviò de ella.
Còmo cambiar? sencillo, cambiando la ley electoral, que para ser polìtico y terciar en elecciones, deba cumplir con mìnimo título de tercer nivel y que haya aprobado por lo menos un curso intensivo de ciencias polìticas, polìtica econòmica, o filosofìa polìtica.
Lamentablemente ahora en època electoral, todos se creen polìticos, pero pocos, conocen el verdadero ser de un polìtico.