En el 2020 falleció uno de los cuatro genios del fútbol. De los cuatro, el que más polémica causó, fue sin duda, el fallecido.
Cambió normas establecidas, provocó escándalos, pero era de una simpatía que llamaba a seguirlo, a imitarlo. Nadie podría negar su popularidad. Con sólo decir acepto, hubiera sido Presidente de su país, Argentina, si hubiera querido. El pueblo, la gran mayoría, no vota por el país, vota por lo que le gusta, no vota por lo que el país necesita, no vota por la persona de criterio, de conocimiento, que pueda sacarlo de la crisis en que vive, no le importa seguir en el fango, si tiene alguien que le produzca emociones y despierte el espíritu festivo, y lo haga querer ser igual.
Diego Armando fue un hombre multifacético, simpático, agradable, presto a ayudar a los demás. Nacido y criado en un barrio pobre, por su habilidad en el fútbol, llamó la atención. Poseedor de una facilidad especial para gambetear y esquivar a los contrarios, que sólo lo han tenido muy pocos (yo he visto sólo dos: Diego Armando y Lionel Messi) y de un olfato de gol que pocos han poseído.
¡Lo que pasó con Maradona, es comprensible! Un muchacho de clase humilde, que por su habilidad, talento y picardía, sube como la espuma y empieza a ganar dinero. El dinero atrae como a moscas a amigos de toda cepa y principalmente a los ávidos de ganar dinero, le presentan como una oportunidad de diversión, el trago y las drogas y ellos mismos se unen a las fiestas, donde la depravacion, y todos los vicios se encuentran en su apogeo. Este tipo de ambiente impide a la persona pensar y darse cuenta del grado de degradación al que está llegando y poco a poco se va hundiendo más y más en ese mundo soporífero de degradación moral, hasta llegar al punto de ser prácticamente un zombi abúlico, inmoral y perdido.
Nadie puede negar las muchas cualidades de Maradona. Amigo leal, generoso, muy simpático. Todo el que lo conocía lo amaba. Hubiera podido ser, si no caía en las drogas y el alcohol un ser excepcional, con una capacidad de ayuda a los demás fuera de toda imaginación. Si a esas características humanas que poseía Maradona, se le añade su genial habilidad para el fútbol, es imposible poder predecir lo que hubiera podido ser.
¡Cuántas personas geniales se han perdido por los vicios! Nadie puede predecir cómo va a afectar a una persona un vicio, peor si, como en el caso de Maradona, a las drogas se suma el alcohol y si en las mismas drogas, empiezas a experimentar otras y otras más. Cuando ya estás embarcado, comienzas a experimentar otras y te vas hundiendo cada vez más en el fango, hasta perder todo control sobre tu vida.
Hay algunas personas que creen que pueden dominar el vicio y se creen superiores porque creen que al dominarlo, son superhombres. En mi modo de pensar, la única forma de dominarlo, es: NPN (no probarlas nunca), y si lo has hecho, ¡no volver a probarlas nunca más!