¡Todo el poder está adentro tuyo! Lo único que te impide lograr lo que deseas, si es bueno, eres tú mismo. ¡Tú única traba, eres tú! ¡No existe ningún otro impedimento! ¡Tú único impedimento es tu duda! ¡Dios te creó capaz de lograr lo que quieras! ¡Dentro de ti, tienes la capacidad de lograrlo! Las únicas cosas que Dios te pide para darte esa capacidad, son dos: ¡que el fin sea bueno y que en verdad lo quieras!
¿Cuántas veces has dudado y te has estrellado antes de lograrlo? ¿Te has dado cuenta de cuántas veces has estado a punto de lograrlo…. y la duda, esa cochina duda te ha impedido lograrlo? ¿Aún no comprendes que lo que te impide lograrlo, eres tú mismo?
¡Decisión! ¡Querer lograrlo! ¡No gastar la mitad de tu esfuerzo en dudar! El mundo de las dudas quedó atrás hace mucho tiempo. ¡Ya estás logrando vencerte a ti mismo!
Lo importante son dos cosas: Que el fin sea bueno, y que tú en verdad quieras lograrlo. Eso hace crecer en ti, la certeza de tu logro, y ese logro, desde ese instante, ¡pasa a ser posible para ti! Ya nada te impedirá lograrlo, a menos que tú mismo dudes. ¡La duda es el freno y la pérdida de tu deseo!
¡No existen imposibles! Cuando Dios te moldeó en el vientre de tu madre, puso en ti, todas las capacidades. Así como aprendiste a caminar, al comienzo no creías que podrías lograrlo. Con miedo diste tus primeros pasos y ahora no sólo caminas, ahora corres, brincas, saltas, ¡puedes moverte! Tu mente, al igual que tu espíritu gracias a esa capacidad que Dios te dio, eres tú quien la gobierna, y lo que puede hacer que logres lo que quieras. Dios te dio la capacidad para lograrlo. Si no lo logras, es porque tú no quieres lograrlo. La capacidad de lograrlo, la puso Dios dentro tuyo, cuando te formó. Si tú no quieres desarrollarla, es una limitación tuya, que tú solito te la has impuesto. ¡Querer es poder! Recuerda: “¡Lo imposible sólo toma un poco más de tiempo!”