La crisis económica, el levantamiento indígena y la pandemia han severamente impactado la industria turística del país al punto que la recuperación hotelera necesitaría de un año de plenas labores por cada mes perdido por ocupaciones no materializadas. No menos de 200,000 empleos directos se han perdido en menos de un año y sin visos de recuperación en el mediano plazo.
La industria arrastra problemas estructurales que necesitan ser atendidos con urgencia gubernamental y solvencia profesional, no con los insólitos pedidos de salvoconductos para turistas, ni con los Certificados de Pueblos Mágicos de la ministra Prado, sino a través de un plan transversal de Estado con planificación multisectorial y multidisciplinaria; conectividad aérea, transportación turística y vías seguras; Internet a Galápagos por cable submarino; promoción perenne y campañas sustentables en el exterior; derogación de impuestos; y, créditos blandos a largo plazo, etc. Los costos de producción deben bajar para volvernos regionalmente competitivos y sustancialmente atractivos a nivel mundial.
Galápagos tiene más visitantes que nunca, ¡pero de barcos chinos! El Metro de Quito, eje conector turístico de residentes y visitantes, tiene costos superiores a los $2,000 millones y una sobredimensionada proyección anual de tráfico de 400,000 pasajeros (deficitaria en 220,000). La tarifa de $0.50 es insostenible. Los hoteleros de Guayaquil se resisten a claudicar a pesar del ilusionario apoyo de ministros con rango, pero sin cartera. ¡Hasta cuándo!
Muy bien enfocado, sin dudas la Pandemia desnudó al sector Turístico y lo frágil que es. Pero, es un tema muy profundo y de muchas aristas
Es una lástima por los emprendimientos y empleos perdidos, hay que ver como se los apoya a los que queden porque es una industria que genera divisas. Esto pasará si somos responsables.