21 noviembre, 2024

¿Idiotez o irresponsabilidad?

Acaba de comenzar la campaña electoral. Estamos empezando a oír las diferentes propuestas de los candidatos, tanto a la Presidencia y Vicepresidencia, como a Asambleístas, que aspiran a lograr esas dignidades.

Es indudable que oiremos hartas promesas e ideas de cada uno de ellos. De las promesas, cada candidato echará muchas al aire. Si esa persona llega a salir electa, como las promesas se las lleva el viento, dormirán el sueño de los justos (o de los injustos, pero sueños al fin).

Lo que me preocupa, es oír promesas que denotan un estado de infantilismo o de cinismo, que ya raya en idiotez o que demuestra que la persona que lo expresa, o no tiene idea de lo que está hablando, o tiene un grado tan grande de irresponsabilidad que puede hacer zozobrar la nave llamada Ecuador.

Es una realidad que, gracias a las políticas de subsidios, bonos, ayudas, etc., en el Ecuador hay una gran cantidad de gente pobre (creo que de vemos andar entre cuatro y cinco millones) y que prefiere vegetar en esa forma. Un porcentaje de ellos, ya reciben el bono que los ayuda a sostenerse. Desgraciadamente el porcentaje de familias, y de personas en necesidad, es bastante mayor que las que actualmente reciben el bono. A mí me parece bastante ingenuo que alguien pueda creer, que por la linda cara que tiene, a él le va a tocar uno de esos regalos de mil dólares

Entre las promesas de un candidato, que se publicó en un diario en una entrevista, por citar un ejemplo, se habla de dar un bono de $ 1.000,00, a un millón de familias, lo que significa, en un país que está endeudado por encima de la capacidad máxima, un desembolso de mil millones de dólares. ¿Será para las familias de sus jefes de campaña? No creo que exista gente tan ingenua que crea que ellos van a estar entre ese millón. Lo más que puede pasar es que esos mil millones desaparecerán como por arte de magia y luego se dirá que ya los han repartido (unos en el bolsillo izquierdo y otros en el derecho. Nunca sabremos los nombres de los sabidos que van a ser los agraciados con ese regalo. Mil dólares son dos y medio repartieron. Si son un millón de familias, sería bueno salarios mínimos vitales. A cualquier economía familiar de caería maravillosamente bien ese regalo.

Me pregunto: Si el Gobierno tiene cinco mil ochocientos millones de dólares en un Banco de Suiza, y no los está usando, ¿no sería mejor pagar parte de la deuda (no hay ni para pagar los salarios), para pagar menos en intereses? Cómo el dato lo da el candidato del que fue expresidente de la República, a lo mejor hay un error, porque no creo que a Ratael se le hayan quedado así como así cinco mil ochocientos dólares tan fáciles, sin robar.

Luego, como comentó la BBC, habla de sacar el oro y los metales de los teléfonos celulares para reciclarlos. Creo que extraer los metales de los celulares va a ser mucho más costoso que sacarlos de las minas. Es decir, vamos a gastar más de lo que podamos obtener (será otra buena oportunidad para robar).

El problema, en materia económica que padece el Ecuador, es debido a la irresponsabilidad de los dos últimos Gobiernos que sobre endeudaron el país, con préstamos usureros, que impiden que el Ecuador pueda recuperarse.

Creo que hay que pedir a los candidatos, que prometan lo lógico, que no piensen que el Ecuador es un país de retardados mentales que cree toda estupidez que oye.

Artículos relacionados

Recuerdos de feria

Cuando llegué a la feria me estaban esperando mis hijas Lidia y Paula. Se encontraban algo molestas y dijeron: “mami ya no hay stands en “autores nacionales”. Me indigne.- ¡Vine ayer!-les dije – ¡Los organizadores me insistieron que no podía dejar reservando mi espacio! Supuestamente hoy llegábamos aquí y nos instalábamos y listo. ¡Qué horror! Voy a buscar a alguien para solucionar este problema. Mis indignadas hijas se quedaron esperando sentadas en un banquito de metal, “cuidando los libros”, bajo un sol inclemente

Claro que sí, los organizadores solucionaron el problema. Para calmar mi actitud llena de enojo, los organizadores de la feria me ofrecieron compartir el stand con “el libro de Jefferson Pérez”. ¿Qué le parece? ¡Una ubicación privilegiada! Acepté. Nos instalamos al mismo tiempo que los vecinos con quienes compartiríamos el stand, el esposo e hijos de Sandra López, la autora de “Nardo y los zapatitos de oro” (“el libro de Jefferson Pérez”). Para mis hijas y para mí fue el inicio de una jornada de arduo trabajo, de días que de repente y desde el principio se nos volvían inacabables, pero de una experiencia extraordinaria. “Abrir y cerrar la tienda” era la frase de cada día durante aquel mes de julio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×