22 noviembre, 2024

Los refranes

“Cuando el gato no está, los ratones se pasean”, “En tierra de ciegos, el tuerto es rey”, y muchos otros refranes similares, cobran vida, en las entidades gubernamentales, ante el caos, la falta de control, los miles de cabecitas inferiores que empiezan aflorar, ante el descontrol y la debacle del final del periodo gubernamental.

Se lee en la prensa los abusos, ya no de las altas autoridades, sino de mandos medios, los contratos de personal con nombramientos para cargos diferentes de los que ejercen, autoridades moviendo palancas para ayudar a promover pagos, tramitadores mezclándose con personal y pacientes, el aumento de nombramiento de empleados, etc., parece el inicio de una debacle de fin de gobierno, en la que cada uno lucha por sacar una tajada más del pastel.

Parecen ratas abandonando el barco que está llegando al fin del viaje y quieren sacar hasta el último centavo que puedan. El Observatorio de Seguridad social, pone ejemplos de lo que está ocurriendo en los Hospitales del Seguro, el aumento de contrataciones, abuso de autoridades superiores, personas contratadas en puestos que no corresponden, es decir, la debacle del desorden.

“El ojo del amo, engorda al caballo”, es un refrán que está pasando desapercibido en este Gobierno, ¿o es que hay demasiados amos hambrientos que están dejando famélico al caballo?

Parece que estamos en manos de voraces depredadores que lo único que buscan es por donde llevar. ¡Nadie piensa en el país! Sólo piensan en buscar su beneficio personal y sacar el máximo provecho de la situación.

Lenin se quejó y con razón de la mesa vacía y con la planilla para pagar, tremendamente sobrecargada que le dejaron, pero él está dejando lo mismo que recibió. Parecen perros de la misma escuela. Ojalá esta escuela de latrocinio, vivales deshonestos, delincuencia organizada y ratas asquerosas, se clausure definitivamente.

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Esa parece ser la tónica real de trasfondo en el asunto del SOAT, pues nuestro Presidente nada dice de funcionarios de su régimen que lo desautorizan y que son participes, con sus actos dilatorios, de uno de los atracos más descarados de los últimos tiempos, que se ha perpetrado contra los ciudadanos ecuatorianos que pagamos el famoso e inflado SOAT.

Ese seguro nació chueco, pues habiendo suficiente estadística sobre accidentes de tránsito, elemento esencial para cualquier seguro, se realizaron cálculos arbitrarios para fijar las tarifas a cobrar, que por cierto hemos visto estaban superinfladas para favorecer a las compañías aseguradoras y sus mecanismos de enriquecimiento vía gastos y reaseguros…

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Para bien o para mal este gobierno no deja nada tranquilo. Todo se altera. Todo se quiere cambiar al mismo tiempo. Esto conlleva desorden. Todo esto me recuerda las palabras de Guillermo Arosemena Coronel “No propaguemos noticias exageradas. Busquemos la evolución y no la revolución del desarrollo económico. Ayudemos a crear un clima de confianza: factor básico para iniciar la prosperidad”.

Comparto también con quien me decía que este gobierno es como una persona obsesiva que está en un corredor y va abriendo todas las puertas que va a encontrando al caminar. No termina de corregir lo que hay adentro para poder cerrarlas, sin embargo necesita seguir abriendo más puertas. Generando caos como indicaba arriba.

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