Lo acontecido en las cárceles de nuestro país es inaudito.
Los asesinatos y los macabros rituales que se efectuaron posteriormente a estos crímenes, no tiene calificativo ni explicación científica para su entendimiento y peor su aprobación.
Aunque parezca difícil de aceptar, los presos son el reflejo de nuestra sociedad.
Los presos antes de estar presos, eran hombres libres.
Tuvieron unos padres, unos hermanos, vivieron en sus propios barrios e interactuaban como cualquier ciudadano comun.
En la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin, los más fuertes eliminaban a los más débiles.
Pero hasta en las masacres más sanguinarias entre una y otra especie, se establecían códigos o rituales que permitían la supervivencia de los más fuertes con el menor costo de los más débiles.
Los presos son el reflejo de la amoralidad de nuestra sociedad.
La podredumbre en el país está enquistada en todos los rincones de nuestra colectividad.
La corrupción de nuestros políticos es algo escalofriante.
Los negociados despiadados que se han llevado a cabo durante la pandemia, sin importar a quien se perjudicaba o se moria, son igualmente escalofriantes e incomprensibles como el caso de los presos.
La participación nefasta de las autoridades electorales, que por su imprudencia tienen en jaque al país, no es explicable de ningún modo o con cualquier teoría.
Nos han robado tanto quienes nos han gobernado, que parecería ser que la corrupción sistemática del latrocinio del poder, es consustancial a nuestra manera nacional de ser.
Los profesores violadores de niños, los abusadores, los maltratadores de mujeres, etc. son solo manifestaciones diferentes del mismo problema: la sociedad está caóticamente enferma.
Vivimos en una era de antivalores, donde el cantante que fuma marihuana o el que más cocaína consuma, es el hombre más idolatrado y constituye el modelo de imitación para cimentar los valores amorales de nuestros hijos.
No necesitamos explicaciones analíticas de las causas de la conducta o la personalidad de quienes han llevado a cabo estos macabros sucesos.
Necesitamos que el gobierno actúe inmediatamente para que nos solucione el problema.
Constitucionalmente está obligado a ello.
El cómo lo hagan o de qué manera lo logren, solo le corresponde saberlo a los especialistas de las fuerzas armadas que son las encargadas del manejo y la custodia del orden social.
Todo esto debe tener alguna explicación.
Nada sucede al azar.
Los presos representan el mayor grado de deterioro social en el que vivimos y cuya responsabilidad nacional es de todos.
¿Se han puesto a pensar la razón o los porqués, en todos estos actos de asesinatos en las cárceles, ninguna mujer ha participado?
La mujer es el ser más maravilloso del universo.
Es un ser inteligente, sensible e intuitivo.
No en vano la madre de Dios tambien es mujer.