24 noviembre, 2024

El valor de la empatía

En el año 1996 se anunció al mundo el descubrimiento de las “neuronas espejo”. Las neurociencias avanzan tan rápido que el neurobiólogo italiano Giacomo Rizzolatti había dado con la clave de un verdadero sistema de conexiones intrincadas en la corteza cerebral y en el sistema límbico que hubo una verdadera revolución científica en esta área, no en vano destinada a ser la “Epistemología de la Ciencia” -menciono por supuesto a las Neurociencias-. El propio nombre de las neuronas encontradas quiere decir “reflejarse en”, “mirarse a través de”.  El fisiólogo italiano mencionado ha ganado muchos premios científicos incluido el Premio Príncipe de Asturias a las Ciencias en el año 2011 conjuntamente con otros celebrados personajes y hoy no podemos hablar de “neuronas espejo” sin mencionar a la “empatía”.

En la Carrera de Medicina de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil estamos profundamente comprometidos con los valores humanos y así queremos llegar a nuestros futuros “galenos” clase a clase, en esa relación biunívoca entre mentores y “mentees” tan particular cuando aprendemos… y nótese que digo aprendemos pues ex – profeso no quiero mencionar el vocablo “enseñamos”… así pues, el Director de la Carrera el Doctor Juan Luis Aguirre Martínez lidera conjuntamente con la Doctora Devie Navas un programa maravilloso que llega por redes sociales y por interacción directa con los jóvenes aspirantes a médicos, sobre todo en estos meses de pandemia… hemos grabado muchos videos con estudiantes, docentes, directivos, secretarias y personal administrativo… a mí me tocó en suerte hablar de “empatía” y fruto de ese encargo nace ávidamente este artículo.

Previamente quiero situarme en el contexto desde el cual reflexiono y ese contexto es sencillamente “lo axiológico”, los valores, las creencias más profundas que respetamos y que nos guían cual brújulas por el camino -diría Stephen Covey-.  Si existe algo que realmente nos distingue y nos motiva son nuestras CREENCIAS, cuando esas creencias son de naturaleza ética las valoramos enormemente, a tal punto que sentimos como agravio cuando algo las pone en riesgo…

Los valores son precisamente eso, la base sólida de nuestra ÉTICA. Somos sujetos éticos en la medida que podamos reflexionar acerca de la moral existente. De allí la importancia de la EDUCACIÓN AXIOLÓGICA. El notable investigador Monseñor Juan Larrea Holguín lo deja clarísimo en su libro “Educación ética y cívica”. Pensamiento del preclaro pensador ecuatoriano muy similar a los conceptos de los filósofos modernos y contemporáneos de todo el mundo.

Pero… ¿por qué hoy más que nunca necesitamos tales reflexiones?

En la noble profesión de Hipócrates y de Galeno las crisis son cotidianas, las propias y las ajenas, y las tomamos como oportunidades para fortalecer el CARÁCTER. Hoy sabemos que la EMPATÍA, es un valor humano determinante para poder “ver a los seres humanos a quienes sirvo como pares, a imagen y semejanza de Dios”, valor clave para la comunicación interpersonal e intrapersonal pues fomenta el respeto a la dignidad propia y ajena, clarifica el sentido de la humanidad con la cual actuamos y permite el desarrollo de la amistad y de las buenas relaciones.

La empatía es un valor excelso para la servicialidad y para la solidaridad, permite tener comportamientos longánimes, es decir desarrollar capacidades para comprender la naturaleza de los desafíos en mi mente y en las de mis semejantes para responder con sencillez, inteligencia, nobleza, confianza y respeto, fortalecerse en el aprendizaje y en el trabajo en equipo, hacer de nuestra FE, la verdadera riqueza para una vida en la que sin dudas existirán crisis y oportunidades, solamente superables para un carácter fuerte, firme, humilde y generoso. No en vano nuestra frase en el frontispicio universitario de nuestra querida institución se puede leer “Ciencia y FE”.

¡Qué bueno que la educación universitaria también enfoque los grandes dilemas de la vida!

Maravilloso hoy más que nunca cuando los médicos somos reconocidos por quienes nos necesitan y hasta nos llaman “héroes sin capa”. No señores, no somos héroes sin capa, somos hombres y mujeres que hemos escogido dedicar nuestra vida a mejorar la vida de otros y que lo hacemos -en la mayor parte de los casos- con decisión, inteligencia, conocimiento, esmero, valor y por supuesto con “empatía”.

 

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2 comentarios

  1. Gracias de nuevo Robeero por enseñar con el ejemplo. Los valores se aprenden y se viven. El Programa de Valores de la Carrera de Medicina de la UCSG persigue eso, formar médicos con excelencia académica y también con excelencia personal. Formados en una educación ihumanista integral. Gtacias por tu destacada colaboración.

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