El hombre fue creado como un “zoon logon”, un ser lógico, un ser racional. Mucho me temo que, a base de teorías hipotéticas y justificaciones para los libertinajes actuales, aprovechando la indiferencia del ser humano, estemos aceptando darle la vuelta a la tortilla y que lo blanco es negro, que lo anormal es normal y que, aún sin depender del ángulo desde el que se lo mire, todo está permitido. El desenfreno en las costumbres, el cambio de mira de los valores hace que toda la cultura que nos inculcaron nuestros mayores sea considerada obsoleta, que lo que importa es disfrutar, nuestra meta es lo material y todo lo demás sólo es válido si nos sirve para conseguir nuestro fin.
Los principios de la hombría de bien, la honestidad, la honradez, la honorabilidad, el dominio de uno mismo, ya son ahora más bien una carga, un estorbo. Lo que importa es tener, poseer, disfrutar. Los valores familiares se perdieron hace bastante tiempo. El respeto a los padres, a los mayores, a la autoridad, ya son aberraciones del pasado, que no vale la pena recordar.
Mentir está bien, si me permite conseguir lo que deseo. Al que grita, es al que escuchan. Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad. Abdalá tenía razón cuando insistía: “que hablen de mí, no importa si hablan mal o bien, lo que importa es que hablen (así tendrán mi nombre siempre presente, ya que menos del 10% de la población, piensa y se entera en realidad de lo que dicen, y lo que importa es que recuerden mi nombre)”
Si analizamos lo que ocurre en nuestro país, nos damos cuenta de la maraña de mentiras sobre lo que está pasando. Todas las obras del Gobierno han sido hechas con sobreprecio, a dedo y mal construidas, o simplemente pagadas y no realizadas. Un cálculo de lo que les cuesta defenderse de la justicia, es una prueba de lo bien fondeadas que han quedado las autoridades que son acusadas.
Si da pena ver como se ha malgastado el dinero que debía servir para obras y para ayuda social. La obesidad del Estado, que ha ido en incremento y es una forma de mantener a los líderes barriales contentos, mientras se mantenía entretenido al pueblo, con sabatinas y fiestas.
Es muy difícil (por no decir imposible) revertir el daño hecho al país. Sólo un Gobierno firme, bien intencionado, con gente que en verdad ame al Ecuador y piense en la Patria y no en sus amigos, acompañado de un grupo de personas de igual clase, en los otros puestos clave, podría realizar el cambio necesario.
¿Llegaremos a vivirlo?
Totalmente de acuerdo con su punto de vista, hoy por hoy en la contienda electoral, se ve en las redes sociales a profesionales que defienden a capa y espada a los que atracaron el paìs, les importa un bledo, la ètica, los principios, el sentido comùn, la vergüenza, la promesa que hicimos cuando nos dieron la embestidura como profesionales.
Solo les importa servirse y no servir, con un fanatismo increíble, defienden el atraco realizado en estos 14 años en el paìs.
Dios quiera que el 11A, los Ecuatorianos les demos una lecciòn a estos sátrapas, que yano les importa los medios, sino atracar a como de lugar.