22 noviembre, 2024

¡El país del revés!

He llegado a descubrir algo: ¡Vivimos en el país del revés! Tenemos valores completamente diferentes de los valores que nuestros abuelos quisieron inculcarnos. Somos una mezcla de dos tangos: “Cambalache” y “las Cuarenta”, pero no es que “los inmorales, nos han igualado”, sino que nosotros hemos igualado a los inmorales. El paso es para atrás, la igualdad es para abajo.

Lo que aprendimos es esto: “Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno, sé del beso que se compra, sé del beso que se da, del amigo, que es amigo siempre y cuando le convenga, y sé que con mucha plata uno vale mucho más, aprendí que, en esta vida, hay que llorar si otros lloran y si la murga se ríe, uno se debe reír, no pensar ni equivocado, ¿para qué? Si igual se vive, y además corres el riesgo que te bauticen “gil”

“La vez que quise ser bueno, en la cara se me rieron, cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar, la esperanza fue mi amante, el desengaño mi amigo, cada carta tiene compra y cada contra se da”

Ya la virtud, los valores, ser honrado, respetar, ahora son un obstáculo que te impide lograr tus protervos fines.

La tergiversación de los valores cambió radicalmente las metas a perseguir. Ya no se mira la cuna, la educación, los principios con los que fuiste formado. Todo esto es basura superflua “después la vida se impone; tanto tienes, tantos vales”, como decía Rafael de León, en “Profecía”. “Hoy no creo ni en mi mismo, todo es truco, todo es falso y aquel que está más alto es igual a los demás, por eso no ha de extrañarles si alguna noche, borracho, me vieran pasar del brazo con quién no debo pasar”.

Y no es que estén mal los otros valores. Incluso, es importante aceptar que, para valorar a un ser humano, son más importantes los valores intrínsecos que los de la cuna. Más de una vez nos hemos encontrado casos de gente que uno pensaba que viniendo de tal familia, era imposible que actúe mal o que ande en malos pasos. Más bien, ahora ya hasta en los Bancos actúan con todos como cualquier otra persona.

¡Debemos rescatar al Hombre! Es tanta la corrupción, que se ha perdido el respeto innato al ser humano. El dinero mal habido, el dinero robado al Estado, u obtenido por el narcotráfico, sapada, o cualquier otra vía ilegal, sigue siendo atractivo para los demás y se le sigue rendiendo pleitesía.

Debemos reflexionar y defender por nuestros nietos, el valor de la familia, del amor, y recuperar los principios y los valores de antaño.

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1 comentario

  1. Y pensar que hay idiotas que nada entienden de valores y defienden a las alimañas que despilfarraron y se robaron el futuro de la patria.
    ¡Pobre país de descerebrados!

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