El triunfo de Guillermo Lasso a la Presidencia de la República, marca el inicio de una oportunidad histórica que el país no tenía hace 14 años, tiempo en el que gobernó el socialismo del Siglo XXI.
El triunfo de Lasso fue claro y contundente. Se corroboro con una precisión matemática lo que decía Cedatos en sus testimonios obtenidos a boca de urna. Los casi 5 puntos de diferencia dejaron totalmente sin piso al tirano que ya había empezado a vociferar de un posible fraude cuando veía que las cifras no le favorecían.
El país recibió en un ambiente de absoluta paz los resultados. La estrategia de empezar a divulgar las cifras de las votaciones de las provincias de la sierra y amazonia fue sin querer queriendo, mas que brillante; si se hubiera empezado por la costa y principalmente por Manabí que sigue siendo un verdadero enigma, otro hubiera sido el cantar, ya que los correista se hubieran proclamado ganadores de entrada.
Muchos consideran que el triunfo de Lasso se debe principalmente al votante que se pronuncio contra el correísmo, la corrupción y lógicamente por un cambio en el rumbo del país. El odio y la venganza que había puesto en evidencia el tirano desde su refugio en Bélgica, fue lo que motivo a gran parte del electorado a votar por Lasso. Tanto calo en los ecuatorianos el sentimiento de que estaban siendo engañados con falsas promesas, que el repunte de Lasso en la segunda vuelta fue impresionante y contra todo pronóstico, sin dejar de reconocer su cambio de estrategia.
El camino que le toca recorrer a Lasso no es nada fácil. Un país fragmentado y ávido de cambio, le va a exigir resultados inmediatos debido al desempleo, la falta de dinero y la pandemia. Los primeros días serán cruciales, deberá tomar medidas y correctivos vía Decretos que no serán del agrado de muchos, peor de aquella oposición correista que agazapada cual fiera herida esperara los motivos para empezar el ataque; pero las medidas serán necesarias, el postergarlas, no lo beneficiaran, por el contrario, el diferirlas seria de mucho costo.
El dialogo y los consensos a nivel político es otro factor importantísimo. La asamblea totalmente polarizada- fraccionada y con un bloque del Socialismo del Siglo XXI numeroso, demandara inteligencia y negociación. La Presidencia del órgano legislativo no debe estar en manos del correísmo. El primer año del nuevo gobierno es fundamental para ordenar la casa.
Las personas que integrarán el gabinete de Lasso deberán ser de primera. Ya debería tener los nombres de quienes lo conformaran, no obstante, no debe divulgarlos hasta la posesión para no quemarlos a nivel de redes sociales, ni dar oportunidad para que los farsantes critiquen.
Todos los ecuatorianos debemos estar dispuestos a meter el hombro y buscar el bienestar del país, la oportunidad es histórica.
