21 noviembre, 2024

El conocimiento productivo en la era Lasso

El conocimiento individual de los ecuatorianos ha crecido sustancialmente en los últimos tiempos al punto que su grado de preparación académica es mayor que en cualquier otro momento de su historia. El empresariado del país ha también mejorado su perfil de desarrollo en ciertas industrias al incorporar las mejores tecnologías del mundo. Estas son buenas noticias, pero carecen de integración entre sí para revertirlas en conocimiento productivo, productividad en la medida requerida para adquirir y sostener desarrollo en magnitud ascendente.

La matriz del progreso económico posee componentes que trascienden el individualismo ciudadano y el perfil de desarrollo de su conglomerado industrial, y tiene en el grado de libertad política al elemento más influyente en su estado general de desenvolvimiento a nivel colectivo. Es decir, el Gobierno impacta directamente a la sociedad a través de su notable influencia en la formación de un país rico o pobre. Podríamos a priori concluir que el Ecuador no consigue colectivamente superar su acentuado grado de pobreza por causa de su clase política y su élite gobernante. Los individualismos emprendedores han evitado que caigamos en el cuartomundismo, pero no son suficientes para enrumbarnos hacia el primer mundo. El país necesita una estructura de desarrollo capaz de vincular a grandes sectores poblacionales y exponenciar esos individualismos al máximo que nuestro ingenio y el mercado lo permitan. El nuevo Gobierno puede y debe fiscalmente estimularlos.

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Dentro de los trillones de trillones de galaxias en las que conceptualizamos la incomprensible dimensión del universo, los seres humanos somos una pequeña partícula cósmica que a pesar de su diminuto tamaño, tiene la vanidad de sentirse como que si fuera el ser supremo de todo lo creado.

Mientras Einstein y Hubble develaban con eficacia genial la estructura del cosmos a gran escala, otros científicos se esforzaban por entender algo más próximo, pero igualmente remoto a su manera: el diminuto y misterioso átomo.

Todas las cosas en el universo están compuestas por átomos. Están en todas partes y forman parte de todo; mira a tu alrededor. Todos son átomos y no solo están en los objetos sólidos como las paredes, las mesas y los edificios, sino también están presentes en el aire que hay entre ellos. Forman todo lo existente y se encuentran constituyendo cada cosa en cantidades que resultan verdaderamente inconcebibles.

2 comentarios

  1. Muy buen análisis, me sumo a la idea final, el Estado debe trazar un plan y apoyar a los emprendedores, las industrias pequeñas o enormes, que todos se sumen a un progreso sostenido.

  2. Eso debe de ser un plán q sea elaborado para q sea una política de estado, q cuando venga otro gobierno sea d cualquier tendencia la mejore

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