¡Es cuestión de elegir! ¿En qué tipo de país quiero vivir? ¿Qué ambiente deseo para el mundo en que vivirán mi familia, mis hijos, mis nietos? ¿El negocio de las drogas, para mí, es tan rentable como para que me maten por él? Para mis hijos y nietos, el daño a sus cerebros y la destrucción de sus vidas, ¿se justifica por el placer que a veces se puede conseguir con la droga?
¡Nadie nos obliga a vivir en un mundo de drogas! Nosotros, si queremos, podemos elegir ese destino. Creo que vale la pena, detenerse y pensar un poquito. Incluso si ya nos hemos iniciado, y proveemos de estupefacientes a otros. Esa vida, ese ejemplo que les damos a nuestros hijos y nietos, ¿vale la pena?
Vemos a cada rato, madres angustiadas, peregrinar buscando un sitio para tratar de sacar a sus hijos del mundo de la drogadicción, vemos la cara de desesperación de jóvenes que lloran por no poder librarse del vicio. Chicas que lloran porque le asesinaron a su enamorado o a su esposo, por peleas entre pandillas delincuenciales.
¿Es ese el mundo que queremos para nuestra familia, para nuestros hijos y nietos?
Creo que tenemos que pensar en el ambiente en el que queremos que se desarrolle nuestra familia.
Si eso es lo que queremos, ¡adelante! y después no preguntemos ¿por qué? Pero, si al reflexionar nos damos cuenta del daño que nos hemos hecho y del triste destino al que estamos dirigiendo a nuestra juventud, a nuestra Patria, entonces busquemos un cambio.
Si ustedes creen que ese no es el camino, ¡enderecemos! Si queremos librarnos de ese horrendo destino, no permitamos que el narco guerrilla siga siendo la que gobierna nuestro país. No votemos por los que quieren destruir nuestro país. Es horrendo el crimen que estos mafiosos hacen con nuestra juventud. Necesitan crear una población de Zombis, para mantenerlos idiotizados y robar y hacer lo que quieren. ¡NO LES DEMOS NUESTRO VOTO! Luchemos contra ellos. Luchemos por un mundo sin drogas. Este fue el legado que dejó la Robolución ciudadana, aliada a la narco guerrilla.