21 noviembre, 2024

La ambición humana

Asusta ver la forma como corre el hombre hacia su propia destrucción. Se habla del cambio ecológico. Se dice que es el calor, el aumento de la temperatura global, que los incendios, que la industrialización, que los combustibles fósiles, que la deforestación, etc.

Si no eres tú, soy yo, y si no soy yo, es él, aquel y otro más y otro más y el problema no soy yo, ni tú, ni él, ni todos nosotros. El problema es la insaciable sed de ambición del ser humano. Nos fascinamos con los nuevos descubrimientos, las nuevas invenciones, nos asombramos y aplaudimos el crecimiento de los emprendedores, las nuevas técnicas de desarrollo, y menos del 10% de los inventos y menos del 1% de los nuevos desarrollos, son pensados con miras al ecosistema. El 95% de nuestras miras son para provecho propio, para ganar, para “progresar”.

El querer llegar a otros planetas, tiene la misma mira que tuvo Europa cando descubrió el nuevo mundo, conquistarlo y depredarlo. ¿Queremos desolar el sistema planetario solar, o la vía láctea entera?

La, sin límites, ambición humana, nos lleva a destruir todo lo que aparece o crece. Sólo se piensa en sacar provecho inmediato, aunque sea destruyendo nuestro futuro o el de nuestros hijos. Cada uno piensa: “yo sólo quiero este poquito”, pero si sumamos tú poquito, con de él y con el de aquel y de aquel otro, ya completamos la totalidad del pastel.

¡La ambición del hombre es ilimitada! Es un monstruo insaciable que traga todo lo que encuentra. Es más, si alguien descubre o inventa algo que detenga el crecimiento de la depredación, hay que hacerlo desaparecer, “porque está obstruyendo el desarrollo”.

¿La miopía mundial nos impide ver más allá de la punta de la nariz? ¿Qué perseguimos? ¿La destrucción del ser humano?, ¿o la destrucción de todo lo creado?

Creo que hay que meditar y, sobre todo, ¡hay que pensar! Debemos darnos cuenta que andamos por el camino errado, o continuaremos como los lemmings, en el mito popularizado por Disney, a nuestra propia destrucción.

¡Nuestra ambición será nuestra tumba!

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