Según nuestras creencias religiosas, dios creo al hombre (adán), luego creo a la mujer (eva). también creó el “paraíso terrenal” para que vivan en él y se reproduzcan. también creo el “arbol del bien y del mal”, cargado de una fruta maravillosa: la manzana, dios les había prohibido comer de ese árbol. era la única prohibición que tenían.
Todo era felicidad, hasta que eva no resistió la curiosidad y comió del fruto prohibido y se lo brindó a adán. ¿cuál fue la desobediencia simbolizada por la manzana?. nadie lo sabe. alguna vez escuche a un padre jesuíta decir, que fue el pecado de abstinencia???…….
Dios expulsó a adan y a eva del paraíso y desde ese entonces hasta la presente fecha, nacemos con el pecado original, hasta el día de nuestro bautizo, del cual quedamos librados.
Por ello Jesucristo vino al mundo, creado en el vientre de maría -su madre- por obra y gracia del espíritu santo- para librarnos del pecado y conducirnos a la diestra del padre. por ello murió crucificado, fue sepultado,.descendió a los infiernos, resucitó y regreso al seno de su padre y vendrá algún día a juzgar nuevamente a vivos y muertos”…..así lo dicen las sagradas escrituras y los evangelios de los apóstoles. los católicos tenemos que creer estos relatos, sin cuestionarlos, aún cuando racionalmente nos parezcan absurdos, como el hecho milagroso y extraordinario de, que maría fue virgen, antes, durante y después del parto…
La familia como tal, es una cadena de eslabones, a lo largo de los siglos. no es una cadena en una sóla dirección hacia el infinito, es una cadena larga, sí, pero regresa al origen donde se formó: a la misma familia.
En la vida moderna esta cadena de eslabones se inicia, cuando conocistes a esa jovencita que te quitaba el sueño, cuando le declaraste tu amor, cuando te acepto como su enamorada, cuando pediste su mano, cuando te casaste -civil y/o eclesiásticamente-, cuando te dijo que estaba embarazada, cuando veías con ternura y emoción cómo su vientre se ensanchaba y lo sobabas para sentir las “pataditas” que te decían que estaba viva y que se desarrollaba con normalidad hasta su nacimiento, cuando hacía las primeras sonrisas al verte y cuando se arrullaba en el regazo de su madre. en fin en cada instante de su vida, cuando sonreía, cuando lloraba, cuando gateaba, cuando caminaba, cuando decía sus primeras palabras. cuando ya estaba lista para asistir a las terapias de movilidad, cuando estaba en edad de ir al kinder, a la escuela, al colegio, a la universidad. y así sucesivamente, hasta cuando toman decisiones por sí mismos, escogen sus carreras universitarias y su destino como seres humanos, cuando se casan, cuando llegan los nietos, unos tras otros o escalonados, en fin,. una cadena casi interminable, pero que siempre regresa al seno familiar, y lo fortalece. repitiendo el ciclo que probablemente siguieron sus padres.
Todos y cada uno de estos sucesos, emociones o logros son parte de esta cadena, casi interminable de hechos y decisiones a lo largo de la vida de los seres humanos: el epicentro será siempre la familia. por ello, su importancia en el mundo entero.
Sin la familia, no habría descendencia ni prosperidad, ni paz, ni leyes que la protejan, sobre todo de corrientes ideológicas que tratan de destruirla y de vendernos la idea, que también conforman una familia, los seres que siendo de un mismo sexo,viven en unión libre y voluntaria, queriéndonos vender la idea de que ellos también son una familia, cuando es sólo una unión, bastante irracional y absurda, por cuanto sólo la unión de un hombre y un a mujer, llevan a la pocreación de los seres humanos, a los principios éticos y morales y al desarrollo de la humanidad. lo otro es simple unión, libertinaje o aberración, pero jamás será igualmente considerada una familia como tal. por mucho que las legislaciones de una docena de países, la establezcan, y la legalicen, igual que permitan el aborto, cuales quiera sea la causa que permitió que un nuevo ser se engendró en el vientre de esa mujer.
Las leyes penales deberán penar con penas muy severas, el abuso sexual, la violación a las mujeres de cualquier edad y condición humana, y con el doble del castigo la violación de las menoires de edad, o a las pesoanas con capacidades especiales o discapacidades. pero no castigar al producto de esa relación no querida,, o no deseada y aún la deseada y consentida.
Nuestra constitución vigente ampara la vida desde la concepción. por lo tanto, el estado ecuatoriano, hace mal en interpretar el sentir de las mujeres, que por razones de mera vanidad, o por falta de recursos económicos o de falta de educación, decidan abortar y despenalizar, lo que en palabras certeras es un crimen.
El aborto, como mecanismo gineco-obstétrico, es realmente inhumano para el ser cuya vida se quere terminar, extrayéndolo del vientre a pedazos, triturando su craneo y sus delicados huesitos. un reguero de sangre. y para la madre, una situación anímica y psicológica determinante. acompañada de una situación de conciencia que la perturbara por el resto de su vida. por cuanto hechos como tales, deseados por una persona, no son fáciles de olvidar y su recuerdo las llevara a la depresión y a la infidelidad por algunos años de su vida.
Seamos seres humanos “pro vida”. no nos dejemos engañar por el número de abortos que se realizan en el mundo. unos 70 millones,, según reza una leyenda, en algún lugar del cementerio “parques de la paz”, de la población de la aurora, a la altura del km. 10 de la av. samborondón.
Tampoco es razón suficiente lo alegado por aquellas mujeres que vogan en favor del aborto, como un derecho de la mujer, -que no le es-, el hecho cierto de que en el ecuador “se practicaba el aborto, secretamente en clínicas y hospitales privados, las que tenían dinero y ante la comadrona del barrio, las que carecían de él ahora si ya todas pueden ir al hospital público a practicarse un aborto. ya es una conquista social y se ha logrado la igualdad social entre las mujeres pobres y ricas”……
Ni el número de abortos en el mundo ni la permisibilidad de las leyes de un estado, tiene la capacidax para convertir un asesinato – un hecho delictivo- en un bien social e igualitario.
Los católicos y los cristianos, tenemos la obligación de luchar por la vida y no simplemente aceptar la imposición de un determinado número de personas de nuestra asamblea nacional y de nuestro corte constitucional para legalizarlo.
Hay otros métodos para los que no quisieran tener un hijo producto de una violación, como es la adopción de un tercero, que actuaran de padres de ese niño nacido y que podrá tener mejor vida de la que pueda darle la violada o la que que no deseaba un embarazo.
Defendamos la vida, no la muerte. sería terrible la aplicación de estos criterios en otros campos de la vida, como por ejemplo, los contagiados por el virus, dejando en manos de médicos o enfermeras, quien vive o quien no vive, cuando no llegan como deberían llegar las vacunas y la vacunación, que vive nuestro país.
Sólo pido reflexión, comprensión y humanitarismo al tratar este tema.