Según la RAE se puede definir al individualismo de dos formas:
“1. m. Tendencia a pensar y obrar con independencia de los demás, o sin sujetarse a normas generales.
2. m. Tendencia filosófica que defiende la autonomía y supremacía de los
derechos del individuo frente a los de la sociedad y el Estado” (s/f).
Y al colectivismo como
“1. m. Doctrina que tiende a suprimir la propiedad particular, transferirla a la colectividad y confiar al Estado la distribución de la riqueza” (RAE, s/f).
Como se puede observar el individualismo y colectivismo son antónimos por definición, sin embargo en la vida diaria de una sociedad ¿qué tan individualistas y/o colectivistas podemos ser?
El humano es un ser que vive en sociedad y como tal, de forma natural, se adapta a reglas que surgen de esta y que se van modificando a través del tiempo; ya sea por avances científicos, o avances sociológicos, o simplemente porque las tradiciones se van modificando con el pasar de los años. Jean-Paul Sartre, el famoso filósofo existencialista francés, empleaba la siguiente frase: «Mi libertad se termina dónde empieza la de los demás», sin embargo esto no debe ser tomado de forma literal, ya que un principio básico y fundamental del ser humano es la libertad; mas bien se debe ver desde el lado de derechos de no hacer, en otras palabras la famosa no agresión.
Como no agresión se entiende a que debo respetar el derecho de terceros sin que este vulnere el mío y en esto es en lo que debemos centrarnos como habitantes de una sociedad equilibrada y diversa. No podemos imponer nuestra forma de pensar y creencias sobre los demás, sobre todo si está basada en dogmas, ser individualista no significa que se vive de una manera solitaria o que los demás no pueden vivir bajo sus propios términos (aunque en lo particular no creamos que sea el adecuado). Y esto se aplica a todo. Por otro lado, en el colectivismo como tal no existe la propiedad privada y se vulneran derechos de terceros; no se puede poner a una sociedad a vivir bajo una misma forma de pensar y ver el mundo, el colectivismo no significa que todos tenemos que ser iguales. Estas teorías políticas y sociales tienen que actualizarse ya que no se puede vivir bajo normas de una sociedad de hace más de un siglo, todos estamos evolucionando de una manera constante.
Se tendría que llegar a ser más tolerantes y empáticos para poder llegar a acuerdos y crear nuevas teorías, teorías donde se respete nuestra individualidad pero sin descuidar a los demás, tener en cuenta que no todos tienen las mismas oportunidades (lo llamado actualmente como privilegios) y que todos puedan llegar a tener los mismos derechos, así como responsabilidades, para lograr construir una sociedad más justa, donde nuestra libertad sea respetada en todo momento y nosotros también aprender a respetar la libertad de los demás.
No se trata de trivializar la vida o de caer en el mundo de la pos verdad, más bien de lograr llegar a acuerdos que nos beneficien a todos y evitar que se creen brechas sociales, que finalmente son las que han traído problemas a todas las culturas alrededor del mundo. Aunque pueda sonar extraño o excluyente hay que tratar de ‘vivir nuestra individualidad, dentro de la colectividad’ sin que esto signifique a renunciar a nuestros derechos básicos, ni convertirnos en ermitaños alejados del mundo. Vivir en libertad dentro de nuestra sociedad.
