“Esclavo: Persona que está bajo la dependencia absoluta de una persona o enteramente dominado por alguna cosa.”
“Finalmente, te quedas atrapado en tu precioso nido y los objetos que poseías ahora te poseen a ti.”
“Las cadenas del hábito son generalmente demasiado débiles para que las sintamos, hasta que son demasiado fuertes para que podamos romperlas”.
“Incluso cuando te tomas unas vacaciones de la tecnología, la tecnología no se toma un descanso de ti.”
Es la primera vez que en mis años de vida he visto una esclavitud de dimensión mundial a una sola cosa, que ha creado dependencia y controla a los seres humanos de todas las edades, razas y religiones.
Si con esta resumida introducción usted ya sabe a qué me refiero es un esclavo listo y consciente de su situación.
¿Cuál es la cosa que nos esclaviza las 24 horas del día? El teléfono celular.
Si reflexionamos nuestro estilo de vida actual veremos claramente que los teléfonos celulares están a nuestro lado todo el día y la noche. No solo nos sirve para contactarnos y comunicarnos con nuestro círculo familiar, social, comercial, deportivo, de salud, educación, etc., sino también para informarnos de las noticias y acontecimientos en tiempo real en lo local, nacional y mundial.
Recibimos mensajes de todo tipo, unos enriquecedores, otros trágicos, otros manipuladores y tantos cuantos son los procesos humanos y la vida planetaria.
Esta esclavitud a una cosa llamada teléfono nos somete también a quien o quienes quieren controlarnos e influir en que y como pensamos; es uno de los medios más importantes y poderosos en las campañas electorales, en las tendencias políticas, religiosas y de todo tipo.
Casi podríamos decir que si no tenemos el teléfono celular no existimos.
Si bien nos enriquece en conocimientos, además nos distrae y trae a nuestros ojos hermosos paisajes, a nuestros oídos bellas melodías, deliciosas recetas, buenos ejercicios físicos y mucho más.
En resumen, un solo pequeño aparato nos mantiene en contacto con todo lo que acontece en todos los campos, partiendo de nuestras familias, ciudades y países.
Este enorme poder de información, conocimiento, cultura, deportes, etc., hace que todos y en todo nos puedan esclavizar, manipular y mal informar con tanta noticia falsa.
Esto hace que el campo de dependencia e información de los teléfonos sea la nueva y poderosa batalla de redes sociales y empresas, que con su tecnología pueden hasta censurar los mensajes del presidente de la primera potencia mundial, como hicieron con el presidente Trump de Estados Unidos.
Reflexionemos: los teléfonos celulares nos esclavizan, y en especial a niños y jóvenes que son muy fáciles de manipular.
Cambian los valores humanos, pueden destruir las familias, los gobiernos, las religiones, crear modas de consumo que esclavicen el mundo. Quien o quienes controlen la información en los teléfonos celulares, cambiarán el destino de la humanidad.
En nuestras manos y razonamientos está el futuro de nuestras familias, ciudades, países y el mundo.
Están matando a los libros y otros medios de información y comunicación, nos han convertido en esclavos totalmente drogados, con una adicción a una cosa, los teléfonos celulares, que pueden servirnos para el bien o el mal, tú decides.
Yo también me encuentro entre los potenciales esclavos del celular.