La tarea por emprender es tan monumental como ninguna otra enfrentada por nuestra república y solo comparable con la esperanza depositada por todo un pueblo en su nuevo mandatario. Hemos tocado fondo dentro de un cierto grado de razonabilidad en la conducción gubernamental y por fin ha llegado la hora de emprender la recuperación del Estado y su gente. El acertadísimo discurso del presidente Lasso en su posesión ante la AN1 sintetizó los anhelos de una sociedad al filo del desahucio social que desde hace 42 años busca equilibrar su desmejorado nivel de vida con aquel grandioso potencial de desenvolvimiento del que muchos políticos han hecho gala en sus proclamas y arengas hasta que se convirtieron en poder.
El próximo año cumpliremos 200 años de una independencia por la que nuestros héroes lucharon en Pichincha a cambio de nada, excepto libertad. Los tiempos han cambiado, pero el amor de Patria debe continuar vibrando para hacernos merecedores de aquel anhelado futuro promisorio. Esta es la oportunidad para sólidamente marcar la ruta de un desarrollo sostenido por los próximos 25+ años, con amplio crecimiento económico y justa redención social. Claramente no será nada fácil y más allá de todos los retos a ser superados el objetivo final debe ser elevar la vara hacia un Estado eficiente y aplicar una ética ejemplar en la función pública a niveles jamás imaginados. Así debe ser para que quien reciba la posta en 2025 tenga el desafío de superar lo logrado en estos próximos 4 años.
¡Guillermo, no nos defraudes!
1 Asamblea Nacional