Las economías que prosperan son aquellas que comercian y compiten por ser más atractivas a la inversión extranjera a través de políticas pro mercado con amplia seguridad jurídica. El mejor escenario sería que pudiésemos competir regionalmente y que el grado de desarrollo económico creciera sustentablemente para beneficio de nuestros pueblos.
América Latina, sin embargo, es actualmente un calibrado polvorín revolucionario que responde al fracaso de individuos y al fiasco de coyunturas políticas muy al margen de la universalidad del mercado. La capitulación del capitalismo frente al socialismo sería irrefutable si los migrantes escogieran a Cuba, Venezuela o Nicaragua como destino en su éxodo. Pero no es así. Quienes emigran prefieren sin cuestionamientos a los EE. UU. y a un sistema que igual desconocen pero lo asimilan como el “sueño americano”. Lasso precisa de Biden, pero ¿habría reciprocidad estratégica en esta apremiante necesidad para Carondelet? No hay evidencias de que la vinculante Casa Blanca lo perciba así. ¡Miope estrabismo de Estado!
El problema de fondo es que el progreso económico alcanzado se haya focalizado en ciertas industrias, con impactos definidos en determinados sectores, y que el esperado desenvolvimiento social a gran escala haya quedado rezagado en muchos casos a manos de la corrupción. No existe una sola fórmula de remediación a esta catástrofe, pero sin duda todo parte de un crecimiento económico que debe gestarse e irreversiblemente proyectarse si habremos de superarnos.¿Aceleramos?
La solución está en el fortalecimiento del desarrollo del sector agrícola, caso contrario siempre vamos a tener ese iniquidad y sobre todo una gran tasa de desempleo.
El campo nuestro debe ser totalmente activado y tengan la plena seguridad qué vamos a lograr fuentes de trabajo, vamos a bajar los cordones de miseria que existen en torno de las ciudades principales, narcotráfico, sicariato, microtráfico, violencia intrafamiliar, prostitución, drogadiccion, en fin un sin número de males que son los resultados del desempleo que genera pobreza, cuando bien Podemos tener un empleo pleno desarrollando el agro ecuatoriano además que generariamos Divisas y bajariamos el costo de la canasta familiar.
Ahí todos ganamos y sepultados al SOCIALISMO DEL S8GLO XXI, que se nutre de un pueblo con necesidades básicas insatisfechas.
Los GAD o municipios de la ruralidad entraban el desarrollo agrícola pretendiendo cobrar impuestos de Patente y 1por mil a toda persona que desarrolle una actividad agricola, mas una serie de requisitos, para fraccionar, vender o comprar. Alli debe actuar el Presidente, terminando con estas trabas.