¡Los rezos, los rosarios y las misas, tuvieron un resultado maravilloso! Cuando parecía que volvíamos a caer en la corrupción y en los arreglos bajo la mesa, brilló la sindéresis y se hizo la luz.
Un último manotón de ahogado del fatídico ser que intentó destruir el Ecuador, engañó a algunos de los que luchaban por defender el País, y los convenció, engañando y mintiendo como siempre lo hace, con su actitud de cínico asqueroso, prometiendo dar también la Asamblea, para que Lasso pueda gobernar en libertad.
A Dios gracias, hubo sensatez y no se tragaron la bomba, con la que quería seguir destruyendo el país.
La acción resultó mejor que lo esperado, pues quedó para presidir la Asamblea una mujer decente, que fue duramente maltratada y encarcelada por el tirano que gobernó el país. Una mujer que, por lo que ha hablado, no busca venganza, ni devolver mal por mal. Que ha demostrado en los puestos que ha ganado en elecciones, conocimiento, seriedad y honradez. Creo que hará un excelente papel en la presidencia de la Asamblea.
El tiro le salió por la culata al mal nacido Correa. ¡Fue por lana y salió trasquilado! Ojalá con esto ya no vuelva a intentar destruir el país.
Es necesario reclamar a la Interpol que deje de proteger al delincuente y permita su deportación y que venga a ser encarcelado y a la devolución de lo robado.
En verdad la única traición, que fue impedida, fue la que intentó por enésima vez hacerle Correa al Ecuador. El Señor de los olvidos, el que no recuerda a nadie y del que deberíamos, por sanidad mental, olvidarnos todos, debe pagar con cárcel, junto con todos sus compinches.
Produce hilaridad el razonamiento de su hermana, pidiendo la liberación de Glas, porque ya cumplió el 40% de su encarcelamiento y ya debería estar libre. ¡Esa es otra movida delincuencial! Nuestras medidas carcelarias, para ellos deben ser las blandas. Para Llori, por ejemplo, fue al revés. Impedir su libertad con premeditación, y buscando toda excusa posible para tenerla encerrada. ¡A Correa le gusta la ley del embudo! Lo ancho para él, lo estrecho para los demás.
Diciendo la verdad, Rafael quiso traicionar otra vez al Ecuador.