Folclórica y risible resultó la propuesta de un señor que fungía o fingía como presidente, cuando cual director de opereta bufa anunció con bombos y platillos la construcción del tren playero. Definitivamente ello devino en una ofensa a la inteligencia del pueblo ecuatoriano, pues conocida es por todos las limitaciones cuánticas de sus ejecutorias como las mentales sinsustancias.
Frente al panorama económico actual el pueblo ecuatoriano debe trabajar con mucho empeño y sin desmayos para forjarse un futuro de realizaciones dentro de un marco de seguridad jurídica y social, como es la visión de quien ahora sentencia ser el primer servidor público. Visión sintetizada cuando expresa: debemos trabajar por el Ecuador del encuentro, acción decidida y concertada de las mentes más lúcidas con los recursos públicos-privados para hacer posible la racional explotación de las riquezas naturales con que la naturaleza nos ha favorecido, así como también el desarrollo de grandes obras como construcción de carreteras principales y otras de carácter secundario o vecinales para privilegiar los esfuerzos del agro que hagan posible el florecimiento de la riqueza esperada. Todo esto sin olvidar las prioritarias e inmanentes al ser humano y la familia como: educación, salud y seguridad ciudadana.
Creemos y le recordamos a nuestro señor presidente que así como Eloy Alfaro trascendió por sus ideales y su cimera obra ferroviaria, considere la posibilidad de desarrollar los estudios, planificación y ejecución, en la parte que en su periodo le sea posible, una moderna e integral red ferroviaria eléctrica, como las que existen en Francia y Japón, que enlace los principales polos económicos del país en razón que contamos con la provisión suficiente de energía hidroeléctrica. Red que inicialmente bien podría constar de un eje principal: Guayaquil (puerto marítimo/ quinto puente) – Ventanas – El Corazón – Latacunga – Quito; y, tres ramales: uno: Posorja – Guayaquil; otro: Manta – Quevedo – El Corazón; y, un tercero: Esmeraldas – Puerto Quito – Quito. Usted, los expertos y técnicos tendrían la última palabra.
Esta monumental obra en pinceladas breves generaría ingentes recursos económicos al país, así como la creación de cientos o miles de plazas de trabajo directas o indirectas dinamizando nuestra economía, para en mediano y largo plazo fortalecerla por el abaratamiento de los costes de transportación de materias primas y derivados, el mejoramiento de la seguridad vial y el incremento del turismo interno beneficiado por la creatividad de nacionales y extranjeros.
Indudablemente para este superior propósito tenemos en el mundo países y empresas de reconocida experiencia y solvencia económica que bien podrían unir sus esfuerzos para estudiar, diseñar y financiar la construcción de esta obra a través del sistema de concesión por los años que los estudios técnicos e idóneos así lo determinen.
Con el respeto a las debidas distancias comparativas vale recordar que Francia inició y Estados Unidos concluyó con recursos propios el Canal de Panamá, país este que no invirtió un solo centavo pero ahora, transcurridos los años, es el propietario único de esta gigantesca obra que constituye el rico puntal de su economía.
Señor Presidente, sueñe en grande.
«Ecuador del encuentro» ¿No será prioritario ENCONTRAR los 60.000 millones que se robaron los correistas y que siguen abarrotados en toda la administración pública???
¿No ha caido en cuenta que primero hay que pagar una deuda descomunal que nos dejó la mafia orgaizada transnacional?
Claramente està indicando, que se puede realizar con inversiòn de otro país.
Totalmente de acuerdo con este sueño que puede hacerse realidad, cuando hay verdaderos intereses para el desarrollo del paìs. Y es indudable que deberàn ser administradas por empresas competentes, ya que los gobiernos como los robolucionarios, seguro que lo quiebran como lo han hecho con Tame, el mismo ferrocarril, y otras empresas, que con su falso patriotismo, todo lo estatizaron y con el ùnico fin, de sacar provecho con los negociados.