Parece que se están cayendo las máscaras y que al fin podremos ver y conocer a las personas que deambulan en el sector político del Ecuador.
Debemos reconocer que hay cuatro formas de pensar y proceder en la vida: A.- Con el corazón: Los que actúan con el corazón, sólo viven compadeciendo a los demás. Intentan perdonar todo, siempre buscan excusas para tal o cual actuación. Así actúa la mayor parte de nuestro pueblo, que es de gran corazón y se compadece de los cuentos y mentiras de los políticos. B.-Con el hígado.- Los que piensan con el hígado, en general, viven amargados. Nada les calza. Todo tiene un pero. Estallan por cualquier cosa y nada les satisface. C.- Con los intestinos. Este grupo, aúna a los pesimistas, con los que no están de acuerdo con nada. La gente que piensa con los intestinos, es gente reactiva, inconforme, a la que todo le parece mal. Cuando llegan a ocupar un puesto alto, generalmente demuestran su forma de reaccionar, y hacen “la gran cagada”. D.- Con la cabeza. Los que piensan con la cabeza, primero reflexionan. Analizan todo, No se desesperan, buscan soluciones, consultan, conversan, buscan la punta del ovillo y con paciencia van buscando desenredarlo, hasta encontrar la solución al problema. Todos deberíamos pensar con la cabeza y mirar a nuestra patria, como a nuestra gran familia, buscando el bien común y poniendo nuestro aporte para lograr lo mejor para nuestra tierra y para nuestra gente.
En realidad, todos podemos elegir la forma en que queremos actuar. Desafortunadamente, la impaciencia no nos permite hacerlo porque generalmente estallamos por nuestro punto más flaco (cualquiera de los tres primeros).
Ahora, en Ecuador, se ha logrado vencer la mayor amenaza, que nos quería convertir en esclavos de un sistema opresivo, y quitarnos la posibilidad de vivir libres y quería convertirnos en esclavos, destruyendo la posibilidad de una vida libre, mientras saqueaban lo poco que quedaba de Ecuador.
Ya se ha posesionado el nuevo Gobierno y debemos comenzar el nuevo rumbo. Tengo confianza en toda la gente que ha salido electa. No debemos mirarlos como buenos o malos. Todos son ecuatorianos. Todos somos ecuatorianos. Algunos podrán haber estado ubicados en grupos negativos, pero todos tienen la oportunidad de unirse para mirar en dirección a la unión, al progreso, al bienestar de nuestro pueblo y de nuestro país. Si alguno desea salirse del grupo, es su decisión y su voluntad, pero si todos los que queremos, empujamos en la misma dirección, estoy seguro que no habrá posibilidad que nos puedan vencer. Todos somos necesarios. Lo único que se requiere en todos, es buena voluntad y actuar pensando en el Ecuador.
Con Dios, con fe, con amor, estoy seguro que venceremos todas las adversidades.