Escoger gente para que colabore conmigo, exige una selección, muy difícil, para cualquier persona
¡Caras vemos, corazones, no sabemos! Dice un viejo y muy acertado refrán.
Los lineamientos gruesos ayudan a eliminar gran cantidad de personas (por ejemplo, eliminar a los correístas), desgraciadamente, en esa eliminación, se puede estar eliminando a gente valiosa.
¡El voto fuerte por Lasso, fue el voto anti-Correa! En la segunda vuelta, mucha gente indecisa al momento de votar votó contra el socialismo, y lo confirmó la aprobación unánime de la actitud de Lasso en la separación de Nebot por el pacto con Correa. Si en el Perú, Keiko Fujimori no hubiera sido un candidato tan embarrado de corrupción, no hubiera habido duda de que ella ganaba. La ignorancia supina de Palacios, lo hubiera enterrado definitivamente en el olvido.
La gente pensante del Ecuador votó en contra del socialismo (o, mejor dicho, del comunismo disfrazado de socialismo), que ya se está tomando algunos países de Latinoamérica.
Nuestra democracia aún está débil, porque la gran mentira socialista, con sus fatuas promesas de lo que ellos llaman justicia social (yo lo llamaría opresión social, que busca la igualdad, no para arriba, sino para abajo, pretende convertir a los ciudadanos en seres abúlicos y esclavos. Quiere convertir a todo el pueblo en lacayos y hacer vivir a todos en la miseria, mientras ellos roban y se dan la buena vida.
Yo le pido al pueblo reflexionar, y darse cuenta: ¿Cuál de los socialistas es pobre? ¡Todos eran pobres hasta que entraron a robar! ¡Ahora todos son millonarios! Hay hasta una, ávida de comer m…, al menos, por lo que dice. Esto ocurre en toda América, no sólo aquí en Ecuador. Miren a Lula, a Ortega y familia, a la familia Castro, de Cuba, a la familia Chávez, a Maduro, Cabello, Correa y su pandilla, los Fernández, de Argentina, Morales y toda esa sarta de estafadores del pueblo, que lo único que buscan es sembrar miseria y dolor en nuestros hermanos. A estos socialistas, se le unen algunos muertos de hambre endeudados, de nombre conocido, que a cambio de olvidar sus deudas y enriquecerse, aceptan entrar en la ola de corrupción. No creo que sea necesario nombrarlos, porque son bien conocidos.
Hay unos cuantos y unos cuánticos que buscan su beneficio personal. ¡Tenga cuidado, Señor presidente! Entre las personas que ha nombrado hay algunos bien cebados que ya están empezando a mostrar sus garras y están haciendo que, de las personas honorables que quiere nombrar, algunos no acepten, porque saben que estarían bajo las órdenes de gente no integra y prefieren mantener su apellido limpio.
Nuestro presidente debe estar alerta para cortar cualquier cabeza de corrupción, que quiera empezar a crecer.
A esta mafia socialista hay que añadirle la mafia narcoterrorista que busca mantener al pueblo cautivo, induciéndolos a la drogadicción, para robar sus mentes y sus almas.
Desgraciadamente, es mucho más fácil inducir al mal que al bien. Lo prohibido y fácil, siempre atrae mucho más que lo correcto.