21 noviembre, 2024

Guayaquil… “el modelo exitoso”

Durante mucho tiempo he venido leyendo cosas muy positivas y también burlas, oprobios -curiosamente de gente nacida acá- acerca del concepto de “modelo exitoso” endilgado a Guayaquil. Desde mi particular manera de ver las cosas quiero escribir unas letras acerca de este debate, marcado por reflexiones de toda una vida. 

Tuve la suerte de nacer en Guayaquil, en la Maternidad Enrique Sotomayor, pues mis padres, oriundos, él de Daule y ella de Samborondón se conocieron aquí y formaron una familia ejemplar. Mi familia me enseñó muchas de las cosas que quiero comentar. Por ejemplo, que Guayaquil desde el principio de su creación tuvo que batallar sola, de allí la frase que permanece en su escudo. Cuando los piratas la atacaban o cuando los incendios la consumían aprendió a ser resiliente, en su esencia, se tuvo que crear el Benemérito Cuerpo de Bomberos que hasta ahora nos enorgullece. 

El primer hospital que un gobierno central del Ecuador construyó con fondos públicos fue el Hospital hoy llamado “Abel Gilbert Pontón” y eso sucedió en 1973-1974, hasta ese momento… ¿cómo hacía la ciudad con sus enfermos?, ¿cómo cuidaba la salud? Resiliencia nuevamente… el guayaquileño de esa época con su Consejo Cantonal presidido por el Doctor Francisco Campos Coello crea la Junta Municipal de Salud que en 1988 se convierte en la Junta de Beneficencia, dándole la administración del Hospital de la ciudad, que por otro lado fue edificado por el rey de España durante la colonia con el nombre de Santa Catalina Mártir, hoy Luis Vernaza. Luego también administraría el Hospital Psiquiátrico fundado gracias al amor por su ciudad de don José Vélez.

Guayaquil ha tenido que resolver sus problemas con el sacrificio e inteligencia de sus hijos e hijas… ese es el “modelo exitoso”.

Como creció y creció, a principios del siglo veinte los egregios ciudadanos y otros tantos médicos nacidos aquí y venidos de otros lares pero afincados acá, crearon sucesivamente la Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia, la Sociedad Filantrópica, la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (SOLCA), la Sociedad de Beneficencia de Señoras, luego más modernamente la Sociedad de Damas del Cuerpo Consular, APROFE, SERLI, el gran voluntariado representado por ACORVOL, la Liga Ecuatoriana Antituberculosa (LEA), el Instituto Nacional de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez y la idea de la resiliencia, sumada al emprendimiento y a la solidaridad y profundo amor a hacer “algo” por nuestra gente ha seguido creciendo en pequeñas y medianas organizaciones que desde el “tercer sector” han venido desarrollando “soluciones” a los grandes problemas que nos aquejan como ciudad dejando de lado pedir al Estado…

El Estado, con Presidentes guayaquileños en muchas ocasiones, no ha entendido el mensaje y algunas veces ha respondido siempre temeroso del poder de nuestro modelo… así pues vivimos una asfixiante deuda que tiene el Estado por no pagar los servicios que pidió a nuestras instituciones para cumplir con SU deber y por tanto las obliga a luchar el doble en su noble tradición. Ahoga a nuestras instituciones con una deuda que no solo es moral ahora sino también económica y social. Mientras tanto nosotros seguimos avanzando con nuevas y nuevas ideas producto del empuje que como sociedad hemos desarrollado tal vez por voluntad de Dios.

¿Esto se irradia?… Obvio… la propia curia arzobispal se ha contagiado y ha desarrollado hospitales y centros de salud, escuelas y colegios, seguramente convencidos de su deber cristiano, pero también sabedores que este es el modelo guayaquileño de servicio y de amor. El Municipio también es parte pues su influencia en lo social es cada vez más evidente… por tanto como guayaquileño no puedo menos que decir a todos aquellos detractores de mi ciudad, que el MODELO EXITOSO NO ES POLÍTICO NI CORRESPONDE A UN ALCALDE O A UN PRESIDENTE EN PARTICULAR, está enraizado en la forma de vida de quien nació aquí, y basado en las más excelsas virtudes humanas, la resiliencia, la solidaridad, el emprendimiento, el trabajo en equipo, el amor. ¡Viva Guayaquil!

 

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6 comentarios

  1. Magnífico recordatorio de la esencia moral de nuestra ciudad, seguramente sembrada por hombres ilustres como Olmedo, Rocafuerte y otros que ojalá se mantengan vigentes para siempre.

  2. Excelente artículo para recordarle a los desmemoriados, o hacerlo conocer a los que se oponen a todo sin razonamiento , solo por situaciones políticas interesadas

  3. Si, es lamentable que Guayaquileños izquierdosos , sean los que se burlen de su propia ciudad. Por el odio político, no pueden ver cuanto ha progresado y desarrollado la ciudad.

  4. Dr. Roberto Briones.
    Hermoso Recordatorio.
    Guayaquil como el Ave Fénix , Ejemplo de
    Valentía en tiempos duros,por el arraigado
    Altruismo, y Solidario compromiso del guayaquileño, con el pueblo, los más
    necesitados, que convirtieron sus fortunas
    en los íconos mencionados: Solca, Hospitales Colegios ..No.hay peor ciego que el que No quiere ver es el mal ciudadano cuyo corazón ingrato está corroído por la ineficiencia,olvido, y pérdida de los valores cívicos, éticos y Morales .

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