Me pareció no conveniente el pedido del Señor presidente de la República, a la Fiscal Diana Salazar, en el sentido de precisar una denuncia insinuada por ella, en el marco de la Audiencia de revisión de las medidas Cautelares que solicitó el ex contralor Pablo Celi, uno de los 13 procesados por el delito de delincuencia organizada, dentro del caso denominado “Las Torres”.
Hay varias formas de presión. Incluso hay algunas que pueden estar dentro de lo legal, pero que pueden influir y mucho en los resultados. Si el país quiere conocer la realidad de los hechos y sancionar a los verdaderos culpables, por favor, permita el excelente trabajo de la Fiscal y evite las presiones sobre la justicia.
Señor presidente, revise a la o las personas que le pidieron que precise nombres, que a lo mejor encuentra dentro de su mismo grupo, a gente infiltrada que puede buscar su desestabilización.
La expresión de la Fiscal: “Mientras los procesados sigan en el poder, será muy difícil que la justicia haga su trabajo con celeridad y transparencia. Veo con preocupación cómo algunas personas continúan gozando del respaldo, de quienes les deben favores. ¡Impensable!”, es clara y concisa. En esos casos no se pueden dar nombres, porque hay mucha gente comprometida. Gente que ha recibido favores, y sin decir nada, pueden estar influyendo en las decisiones (y muchos de ellos, incluso, pueden ser “impensables”).