Asusta ver la cantidad de partidos, asociaciones, grupos, etc., políticos que existen y quieren existir en el país. De acuerdo con la prensa, ya vamos por los 300. Si recordamos la vergonzosa elección de alcalde de Quito, donde una persona salió electa con el 20% de los votos, y antes del año ya era cuestionada por irregularidades, mucho me temo que esto se vea repetido más fácilmente en futuras elecciones.
Ya no hay ideologías políticas. Se habla de derecha y de izquierda, se habla de socialismo, de comunismo, capitalismo, democracia, libre empresa, pero ninguno de estos grupos tiene claro el respeto al ser humano, a la libertad, a las ideas.
Si en verdad queremos hablar de diferencias, la única que logro percibir, es la que habla de libre empresa y de Gobierno estatizante. El grupo donde el Estado es el que ordena todo, hace y deshace, y el grupo donde las Empresas logran sus ventajas, como Estados Unidos.
Ambas tienen su lado flaco: el que manda es el que decide. Y esta persona puede ser buena, excelente, mala o pésima. Bien o pésimamente asesorada, y puede ser la salvación o el hundimiento del país.
Creo que para evitar que vuelvan a existir aberraciones como la ocurrida en la elección de la alcaldía de Quito, el Gobierno y los partidos políticos, deberían definir los lineamientos de los partidos, movimientos, agrupaciones y más grupos, formando no más de 4 grupos diferentes y anexar todos los que tienen características similares, encasillándolos en uno de estos 4 grupos y que entre ellos se realicen elecciones primarias, de modo que no haya nunca más de 4 candidatos para cada puesto.
Da vergüenza ver que ya mismo tenemos 17 millones de candidatos, porque todos quieren ser candidatos (aunque todos sepamos, en la mayoría de los casos, el verdadero motivo para candidatizarse).