Las consecuencias de la codicia humana, además de relacionarse con comportamientos inmorales, es causa de guerras, de corrupción, de traiciones, delitos y estafas, robos asesinatos, mentiras y más. El codicioso casi siempre se beneficia a costa del resto de la población.
“Así funciona el cerebro de un codicioso.”
“Poder, dinero y felicidad – Codicia”
Recomiendo a los lectores ver los dos documentales antes indicados para entender y ampliar los conocimientos sobre la codicia. El documental de la DW (televisión alemana), me inspiró y motivó esta reflexión.
Resumiendo con las definiciones de los diccionarios sobre la codicia, tenemos lo siguiente:
“Ambición desordenada de riquezas, nada es capaz de saciar la codicia.”
“La codicia rompe el saco, muchas veces se pierde una ganancia segura por querer conseguir otra mayor”.
Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado
Sinónimos de codicia: Avidez, mezquinad, egoísmo, ambición.
Codicia: Deseo inmoderado o ardiente de riquezas u otras cosas.
Me he permitido poner esta introducción que retrata perfectamente a muchos políticos, personas y empresarios en nuestro país y el mundo, personajes enfermos de codicia. El documental de la DW (tv alemana) que me motivó a escribir sobre la codicia, grafica y explica cómo el ser humano y su codicia han destruido el planeta y continúan haciéndolo.
Por dinero y riqueza destruyen bosques, tierras con cultivos y minerías, que además contaminan, como las industrias, que sin ningún tratamiento arrojan sus desperdicios en tierra, mares, ríos y contaminan el aire para obtener más rendimientos, más dinero, sin importar las consecuencias destructivas.
Es increíble cómo vemos en muchos países a políticos y empresarios codiciosos e insaciables, en su afán de tener más riqueza, fama y poder, y también a ciudadanos y pequeños negocios que actúan igual.
Debemos reconocer que la líder alemana Ángela Merkel, es un símbolo y modelo mundial de lo que es una líder de calidad moral, responsabilidad social, honradez, solidaridad, capacidad y más.
Nuestros líderes latinoamericanos son lo contrario, con algunas excepciones que son considerados inferiores, por no ser codiciosos y seres honrados.
La codicia humana destruye personas, familias, instituciones, ciudades, países, empresas y más incluido nuestro planeta Tierra.
Yo diría que es una epidemia mundial, peor que la del corona virus que no tiene vacuna y que tiene una enorme red de contagios: narcotraficantes, contrabandistas, falsificadores, trata de personas y niños, y hasta venta de los mismos, abusos de poder, chantajes y un largo etcétera.
Todos quieren ser ricos, aunque para conseguirlo, matan, roban, engañan y usted añada todos los medios que utilizan para alcanzarlo.
Por lo expuesto, la codicia está destruyendo el planeta, a sus habitantes, comenzando con los humanos y terminando con los peces.
Si no reflexionamos y actuamos, nos espera un oscuro porvenir y un planeta con alto riesgo de destrucción en todos los campos.
Reflexionemos y actuemos antes de que sea muy tarde.
Concluyo con esta pregunta y respuesta en Google:
“¿Por qué es mala la codicia?
La codicia puede hacer que a nivel económico la sociedad crezca, pero a nivel humano se empobrezca. Cuando una persona solo piensa en tener más y más, estará perdiéndose la riqueza de la vida porque nunca estará satisfecha, y después de conseguir lo que quieren estarán pensando en conseguir más”.
Con esta pandemia ¿no estamos acaso viviendo la codicia de las grandes transnacionales de la muerte? ¿Porque no se permite entonces dar a conocer y usar alternativas MEJORES QUE LAS VACUNAS?
Los comentarios salen sobrando.
Al menos Alemania dejó a Angel Merkel ejercer, volcar su capacidad y sus valores al país. Aquí, en Argentina, tuvimos un presidente con las mismas virtudes de la lider alemana, que no lo dejaron gobernar y lo derrocaron. Me refiero al médico Don Arturo Humberto Illia. Cuando lo voltearon no tenía automóvil, lo había vendido para afrontar un problema de salud de su esposa. Salió de la Casa de Gobierno, paró un taxi que lo llevó al departamento que alquilaba.