Hace algún tiempo, tuvo lugar, en Quito, la Reunión Ministerial de Autoridades de la Educación de América Latina y del Caribe. El director general de la UNESCO, de aquel entonces, Federico Mayor, recordaba…”la necesidad de modificar los estilos y métodos de gestión educativa, introduciendo criterios de responsabilidad mesurables según los resultados obtenidos no sólo por parte de los educandos, sino SOBRE TODO por parte de los educadores». Mas adelante, el Director General de la UNESCO decía que «…la educación tiene sentido sólo si se traduce en aprendizajes efectivos y socialmente útiles».
Estos pensamientos exigen una revolución en las mentes y actividades de las autoridades de Educación y que los maestros, tomemos la posta a ver si somos capaces de tal, cambio.
Indudablemente el mundo evoluciona, cambia, se perfecciona. La ciencia nos descubre los secretos del Universo. La técnica nos deslumbraron sus métodos y síntesis. Y las naciones avanzan hacia una sociedad mejor.
La enseñanza, como parte suya-y tan importante, si consideramos que ayuda a moldear conciencias y fuerzas- precisa avanzar hacia un proceso cultural y técnico. So pena de estancarse, incapacitarse y caminar hacia atrás, involucionando.
Toda época va despojándose de cosas inútiles; cuyo necio acarreo se torna lastre. Por lo cual ya es hora de redefinir los conocimientos útiles e inútiles. Quién analice sin prejuicios los contenidos de las asignaturas, descubrirá admirado cuanta materia innecesaria debe estudiar, memorizar o desarrollar el alumno, sin ningún beneficio para su desenvolvimiento social o personal.
Y nos acostumbramos a un método, porque «ese es el sistema», o porque «así nos formaron a nosotros», sin razonar si se enmarca en los objetivos académicos de formación del alumno, o si está acorde con la capacidad intelectual de los educandos. O mas importante: ¿Está acorde con los tiempos? ¿Es útil?
El maestro, el verdadero maestro debe esforzarse por renovarse, por cambiar a mejor, por presentar sus clases interesantes y crear en sus alumnos la avidez por saber más y más.
Oportunísima la frase del Director General de la UNESCO, transcrita anteriormente:
«…La educación tiene sentido sólo si se traduce en aprendizajes efectivos y socialmente útiles».
Llama a meditación a autoridades y maestros.
La esperanza para las nuevas generaciones está en la ciencia.
Ojalá no caiga en manos equivocadas.
Eso de socialmente útil, ha sido desnaturalizado por los “activistas sociales” que se parapetan en la mayoría de la 40.000 ONG que patrocinan desde la burocracia de esos organismos burocratizados..
Por ejemplo: El año 2005 que se apoderaron del gobierno activistas (forajidos-correístas, morenistas), ingresaron a la educación básica una generación que salió el 2017 como bachilleres (nadie perdió año para que no se traumen)… salieron bachilleres en perreo, en consumo y tráfico de drogas, en homosexualismo, etcétera, etcétera, etcétera, incluyendo El etcétera de bachilleres en sicariato. (Niños de 16 que pueden poner con su voto a delincuentes en los GAD, Asamblea, Carondelet y, en otros lugares, pero si matan a alguien antes de los 18 años… “Es chiquillada”.
Los modelos educativos no hay que inventarse, hay muchos ejemplos en otros paises exitosos que bien pueden aplicarse al nuestro. Para que desgastarnos?