Definitivamente, Ecuador y Perú son un sólo pueblo. Desde la época de los incas hasta ahora. Con las mismas virtudes y defectos. Podría aventurarme a asegurar, que incluso en la forma de pensar y de reflexionar del pueblo.
Si habláramos de razas, somos la misma mezcla, pues los indios que habitaban en estas tierras eran los mismos, los colonizadores que vinieron y los negros que traían también eran de las mismas tribus o ciudades.
Fuimos emancipados y nuestras tropas de liberación de las dos naciones, tenían soldados de ambos países.
Es decir somos un solo pueblo, un mismo sentir y por eso, enfrentamos problemas similares. Indudablemente las circunstancias pueden provocar cambios grandes, al menos por un tiempo.
Pongamos un ejemplo: En las elecciones 2021 en Ecuador quedaron para la segunda vuelta Guillermo Lasso, exbanquero, de pensamiento libre y democrático, y Andrés Arauz, socio comunista, esperpento creado por Rafael Vicente (el que miente por cada diente) Correa Delgado. En la primera vuelta, ganó Arauz, con vez y media de votos más (350.000 vs 19.000 votos). En la segunda vuelta toda la gente consciente, se unió y se volteó el pastel. Lasso tuvo su gran mérito, indudablemente. Hombre trabajador, honesto, inteligente, de manos limpias, hombre de familia. El pueblo confió en él. Pero el factor que unió al pueblo, lo que logró el cambio tan significativo en la votación, fue el voto unido contra el socialismo y la corrupción qué gobernaron 15 largos años en el país. En los que la droga, la delincuencia, las injusticias, los jueces de venta y toda esa caterva de delincuentes, llevó a una podredumbre estatal, en la que, los mayores delincuentes del país eran los que gobernaban, y el Gobierno, cuando la prensa (según el presidente, corrupta), denunciaba títulos falsos, desfalcos, robos, sobreprecios, etc. denunciaba estos actos, perseguía y apresaba a los que los denunciaban.
Se institucionalizó el robo, la coima, la corrupción, le delincuencia se multiplicó, la impunidad era la norma, el país llegó al más grande grado de miseria y abandono. Los jueces seguían las órdenes del ejecutivo y del Gobierno. Los juicios, completamente injustos, ganaban a la razón. En el terremoto que hubo en Manabí, que colectó para su reparación, miles de millones de dólares no se hizo nada, sino saquear y robar, dejando desamparados a los perjudicados del terremoto.
Con estos antecedentes los ecuatorianos no toleramos más y pese a las falacias socialistas, ganó Guillermo Lasso.
Pocas semanas después, hubo elecciones en Perú. Como candidatos a la segunda vuelta, quedaron Castillo y Keiko Fujimori. Castillo, profesor de escuela, socio comunista declarado, inculto, provocó la misma reacción de rechazo a Arauz, en la gente pensante. Fujimori política antigua, con juicios por corrupción y con condenas ha provocado una revolución tan grande en el pueblo, que más de 6 semanas, después de las elecciones, aún el tribunal electoral, no declara ganador.
En resumen, la elección en Ecuador era entre un hombre íntegro y correcto, y la corrupción y el socialismo. Lógicamente, el pueblo eligió el buen futuro, y la dignidad.
En Perú, la elección quedó, entre un socio comunista inculto y limitado intelectual y una política popular, que ha sido bastante acusada de corrupción y malos manejos. Como quien dice, escoger entre él hambre y la necesidad.
Dios quiera que nuestro vecino país hermano, resuelva evitar ser otra Venezuela y sepa cortar las garras de la corrupción, para el bien de nuestra América.
La falacia y la mentira socialista, basada en las criminales teorías del PCCh (Partido Comunista chino), es la gran amenaza de América latina. A Dios gracias, ya el pueblo del primer país de América latina enfermo del Cáncer Socio comunista se está levantando. Ojalá que tanto Perú, como Cuba, puedan librarse del cáncer, que tiene enferma a Cuba y que amenaza al Perú.