La desnutrición infantil es el mal más peligroso que afecta al mundo y es el que deja secuelas más graves en los que sufren este mal.
El Dr. Fernando Monckeberg, Médico chileno que debe estar por cumplir los 100 años, nos presentó en el mitin (meeting) anual de la Academia Americana de Pediatría (AAP), en octubre de 1980, ante más de 6.000 Médicos Pediatras, una conferencia magistral sobre el tema, en la que analizó el problema y la exitosa solución, implementada por él, en Chile.
El problema de la desnutrición es un círculo vicioso, pues la desnutrición produce retardo mental, y mientras menos cultura se tiene, menos ingresos se percibe y la ignorancia hace que la gente se alimente menos adecuadamente.
Además, los niños abandonados en las calles están mucho más propensos, aparte de la desnutrición, a enfermarse adquirir parásitos, agravando su situación.
El otro factor básico sobre el tema es la desnutrición afectiva. Un niño que crece sin amor, sin guía, está a punto de convertirse en delincuente. Y no es porque sea malo, sino porque no conoce principios, ni valores, que deben ser trasmitidos en casa. El respeto a los demás, el respeto a las leyes, a la propiedad, no les fueron inculcados de pequeño.
Un niño que crece amenazado por su padre o por su madre, alcohólicos, siempre será díscolo. Otro que vive en la calle y se une a “amigos” en el barrio, es ya un delincuente en potencia. Uno más, que vive sin afecto, o golpeado vivirá con temor y cuando delinque usará la fuerza o las armas para poder vencer. Si aparte de eso, no es bien alimentado, su cerebro no desarrollará adecuadamente y tendrá más respuestas primarias en su comportamiento.
Felicito al Gobierno actual por preocuparse por la desnutrición infantil. No olviden que un problema muy agravante, es la desnutrición afectiva.