24 noviembre, 2024

Quito, tierra de nadie

Creo que ya es hora de que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto y acabe con toda la ola de corruptela jurídica, creada por la década fatídica, de considerar el principio de inocencia como obligatoria, y permitir que existan autoridades con grilletes que incluso desde la cárcel pueden ordenar y designar autoridades.

Esto es lo que ha permitido que todas las actuaciones de la alcaldía de nuestra capital, hagan quedar al país como una vergüenza administrativa. ¡Esto tiene que acabar! ¡Quito merece otra suerte! Está en manos de una mafia, peleada con otras mafias. ¡Nadie defiende nuestra Capital de las mafias que pretenden destruirla!

El método implantado por la corrupción correísta, permite que el delincuente al que se le prueba irregularidades, pueda seguir, aunque con grilletes, decidiendo, nombrando y ejerciendo su autoridad. Esto termina como el cuento del gallo pelón, repitiendo y repitiendo lo mismo, sin que exista nadie que pueda defender a los ciudadanos y a la Capital.

Es mandatorio acabar con este sistema anárquico que destruye el país.

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Muy proféticas y reales me parecieron estas palabras que salieron de boca de nuestro Presidente en el último mensaje del año pasado.

El país avanza. Dios nos ha bendecido con 7 años de vacas gordas. El petróleo se mantiene permanentemente a más de 100 dólares el barril, cuando llegó a estar a apenas 7 dólares hace 30 años.

LFC… ¡el valor de ser coherente!

Cuando suelo hablar de “coherencia”, o congruencia y lo relaciono con el liderazgo, las relaciones humanas o los valores organizacionales, no dudo de poner como ejemplo la actitud política de León Febres-Cordero. En efecto, para mis particulares fines educativos, los estudiantes llegan a entender que el éxito muchas veces no tiene que ver con otra cosa que con la generación de confianza y credibilidad en otros seres humanos, todo lo cual puede lograrse a partir de pensar, decir y actuar en consonancia, reiterada y permanentemente.

No debe pensarse en la “santidad”, no es ese el tipo de coherencia al cual quiero referirme, el ciudadano, el político coherente simplemente es, con igual fuerza y frontalidad frente al rico que al pobre, al serrano que al costeño, a la familia o a los extraños, simplemente se… “es”, igual en todas partes. Y esa, a mi humilde entender es en gran parte el legado del patriarca. Con él todos sabían a qué atenerse…

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