Creo que ya es hora de que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto y acabe con toda la ola de corruptela jurídica, creada por la década fatídica, de considerar el principio de inocencia como obligatoria, y permitir que existan autoridades con grilletes que incluso desde la cárcel pueden ordenar y designar autoridades.
Esto es lo que ha permitido que todas las actuaciones de la alcaldía de nuestra capital, hagan quedar al país como una vergüenza administrativa. ¡Esto tiene que acabar! ¡Quito merece otra suerte! Está en manos de una mafia, peleada con otras mafias. ¡Nadie defiende nuestra Capital de las mafias que pretenden destruirla!
El método implantado por la corrupción correísta, permite que el delincuente al que se le prueba irregularidades, pueda seguir, aunque con grilletes, decidiendo, nombrando y ejerciendo su autoridad. Esto termina como el cuento del gallo pelón, repitiendo y repitiendo lo mismo, sin que exista nadie que pueda defender a los ciudadanos y a la Capital.
Es mandatorio acabar con este sistema anárquico que destruye el país.