Definitivamente, el mayor destructor del mundo, el mayor depredador, es el hombre. Pueden algunos animales ser más peligrosos individualmente, pero 7.800 millones de seres humanos son mucho más peligro para el mundo, sobre todo por su inclinación hacia el quemeimportismo y la destrucción.
Vemos en los diarios, como, para desarrollar el turismo, las embarcaciones anclan, destruyendo el coral de la isla Salango. Antes había unas boyas, para amarrar las embarcaciones, las que “desaparecieron” hace ya algún tiempo.
Es una pena que se permita la destrucción de los corales por la ambición de ganar dinero, actuando irresponsablemente en contra de la naturaleza, y sobre todo, que las autoridades lo permitan.