Ecuador se ha llenado de orgullo y de vergüenza, en estos últimos Juegos Olímpicos.
Por un lado, nuestros deportistas que al fin, gracias al esfuerzo y la capacidad, ya demostrada desde Jefferson Pérez, vencieron el complejo de inferioridad, y han demostrado la valía y la garra del deportista ecuatoriano. Somos medallistas de oro y plata, campeones mundiales de fútbol, ganadores de diplomas olímpicos, es decir, ya no somos un país acomplejado y relegado. Podemos, con orgullo gritar: “SOMOS ECUADOR”.
Hay que felicitar a todos nuestros deportistas. Principalmente a los medallistas y a los diplomados, pero también a todos los que hicieron su mayor esfuerzo para poner en alto el nombre de nuestro país.
Lo que está, no mal, sino pésimo, pero ahora con esperanza, pues estamos iniciando una nueva era, es en la parte directiva. Hemos tenido, junto a gente muy valiosa dirigiendo la parte deportista del país, a algunos ineptos, ladrones, aprovechadores, que han buscado lucro personal, abusando de los deportistas, que al fin han levantado su voz de reclamo. Indudablemente, no todo lo que se dice, debe ser cierto (hasta en whats’Up se ha regado la noticia en un troll, de un conocido correísta, que se identifica como Dr. Macias, que pone como noticia que una deportista, según la noticia, se ha quejado que le negaron el viaje a su entrenador, porque ella no accedió a tener relaciones sexuales con un directivo). Es una pena que haya gente tan miserable, que quiera empañar la gloria del deporte ecuatoriano, regando estas mentiras.
Debemos agradecer a nuestros deportistas su gran esfuerzo en nombre de Ecuador. Llena de orgullo la pujanza y brío demostrado por ellos. No solo los ganadores de medallas y de diplomas, de todos los que han competido, aunque hayan perdido, pero hicieron su gran esfuerzo.