Lo que ocurre en nuestra capital ya raya en cinismo, o en un juego de bandas de ladrones.
Ya vamos para algunos meses en que las incorrecciones, los juicios a las autoridades, los dimes y diretes de un lado y del otro, tienen a la capital sin burgomaestre. El Municipio de Quito, parece ser una cueva de ratas y ratones, invadida de serpientes, gente mafiosa e individuos que la han convertido en la cueva de Ali Baba, con la diferencia de que lo robado no lo guardan en la cueva, sino en sus casas, porque la desconfianza que tienen unos ladrones, contra los otros, es tan grande, que temen más al robo entre ellos, que a que los fiscales, los pillen y los hagan vomitar.
El alcalde fue destituido, se eligió alcalde y Vicealcaldesa, y en teoría, quedó arreglado el asunto, pero luego, la Corte Provincial de Pichincha (otro sitio corrupto), pese a que están viendo que la corruptela es tan grande e inmune, que con algunos en la cárcel, nadie devuelve un centavo y los estamos alimentando gratis, deja sin efecto el proceso de remoción del alcalde Yunda y le devuelve la Alcaldía.
Por lo que parece, la Capital, donde está nuestro presidente, es tierra de nadie. No hay autoridades en Quito.
Estamos viviendo en un país en el que cada persona que tiene un cargo, se considera dueño del país. No hay respeto a nadie cada uno hace o dice lo que “da la regalada gana” al estilo Mashi y ya no hay gobernabilidad. Este es el regalo de anarquía que nos dejó la Constitución y las leyes del Correato. Un grupo de imbéciles prepotentes que se creen con derecho a decidir por los demás.
No creo que convenga una constituyente para acabar con todas incongruencias e inconsistencias provocadas por la tan manipulada Constitución. Es preferible volver a la Constitución anterior, la que tuvo amarrado de manos y pies a Correa (por eso buscó cambiarla), y empezar a gobernar con esa Constitución.
Señor presidente: Saque a toda esa gente que aún sigue en el Gobierno. Ellos son los que le están dando todos estos problemas. Elimine a todos eso pillos incapaces y comience a gobernar el país. ¡No espere más! Sea usted El Salvador del Ecuador.
Y lo que pasa en Guayaquil, con la alcaldesa no le llama la atención, o porque es de la gallada socialcristiana, ahí el robo si está permitido?