Hay momentos donde necesito estar conmigo en solitario, pero mis pensamientos me arrastran hacia ti.
Desesperadamente busco mis respuestas en las oquedades pardas del despacio espacio.
Son divagaciones percibidas por mi necesidad incontenible de repensar mis soledades…
Desaforadamente me pregunto y repregunto,
Pero como clamor a mis disquisiciones solo escucho el grito silencioso de un eco enmudecido.
Haga lo que haga, la intelectualidad de mi percibir regresa a ti.
Te he amado como nuca he amado a nadie,
Te adoro desde mucho antes de poderte amar…
Llegaste al otoño de mi vida cuando ya no te buscaba.
Eres la consecuencia de lo anhelado desde que tuve conciencia de amar en mis entrañas…
Piense lo que piense o haga lo que haga; asombrado descubro que en mis más profundos silencios, te quiero más en cada te quiero que no te pueda decir…