24 noviembre, 2024

Los «palo grueso»

Antes, para ser considerado palo grueso, tenía que ser gruesa la billetera. Actualmente, para ser palo grueso, hay que ser político, o pariente o amigo de político, es decir, después de poco, tendrá gruesa la billetera.

¿En qué se diferencia el palo grueso del ciudadano común? ¡En lo elemental, querido Watson! ¡En las medidas sustitutivas de prisión! Al que agarra la policía va a la cárcel de Latacunga, a la Penitenciaria del Litoral, o si no es para tanto, a algunas de las otras cárceles. Si tiene palancas, a la cárcel 4 de Quito, pero si es palo grueso, medidas sustitutivas, prohibición de salida del país, presentarse regularmente (si le da la gana), al juez, lo que generalmente no se cumple, y el uso del grillete electrónico de quita y pon que le han costado un dineral al país, porque los rompen, los cortan y deben ser silenciosos como el de Alvarado, que cuando huyó y encontraron el dispositivo, funcionaba, pero, o era sonido de silbato de perro (inaudible), o quien debía reportar era sordo.

Asusta la cantidad de autoridades con grilletes electrónicos de quita y pon. Parece que luego del oasis que tenemos, luego de las siguientes elecciones, para ser autoridad en Ecuador, va a haber que usar grillete electrónico como distintivo.

Al parecer, ya el miedo a la vendetta de los mafiosos trastocó el cerebro de los ciudadanos. ¡Ojalá que no sea así! Todos tienen temor de llamar pan, al pan, y vino, al vino, y creo que es necesario que abandonemos esa actitud timorata y vergonzosa y retomemos el camino, del que hace ya algún tiempo nos salimos.

El ser humano vale por lo que él es, no por lo que tiene o posee, ni por su fuerza bruta, o su poder.

¡El respeto es la base de la vida humana! La prepotencia es el arma del cobarde y del ruin, que no posee inteligencia para convencer a los demás, y necesita para lograr sus objetivos, la mentira, el temor, la fuerza bruta, la amenaza, o cualquier otra forma de intimidación.

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Hay dos hecatombes que pueden destruir la revolución ciudadana: La caída severa del precio del petróleo y los estragos del fenómeno del niño. El precio del petróleo no depende de nosotros, sino de la comunidad internacional, de la OPEP y de los Gobiernos de varios países, pero el fenómeno del Niño, si bien depende de la naturaleza (Dios perdona siempre; el hombre, a veces; la naturaleza, nunca. Dice un viejo y sabio refrán), sus efectos dependen de lo que se haga en el país para atenuar la destrucción que nos amenaza y para proteger los poblados, los cultivos, las tierras y sus habitantes.

¿Qué debería hacer el Gobierno para protegernos de esta amenaza? No podemos impedir que llueva, pero podemos y es imperativo prevenir la subida de las aguas, la inundación. ¿Qué hay que hacer? Hay que dragar la desembocadura de los ríos como primera y elemental acción. Esto permitirá que el agua fluya al mar y bajará el nivel de los ríos. Segundo, hay que hacer y reforzar los muros de los poblados que están a la orilla de los ríos. Todos los años, poblados importantes como Salitre, Babahoyo y muchos más, se inundan todos los inviernos, aún sin niño e incluso en los inviernos secos y hasta ahora se hace muy, muy poco. Nuestro hermoso Río Guayas, está tan embancado que ya hasta tiene nombre el islote que formó el puente de la Unidad Nacional sobre el Daule, el Palmar (aunque no tenga una palma). Tercero, hay que hacer refugios y puestos de socorro en sitios altos cercanos a las poblaciones críticas para poder dar asistencia a nuestros compatriotas afectados cuando se presente el problema. También hay que reforzar las vías de la costa. Esperar a que venga el niño para realizar estos trabajos, será un lamento grave cuando estas obras se requieran.

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