Duele ver que nuestro pueblo no vota por ecuatorianos. Prefiere en las elecciones votar por delincuentes, por pillos contumaces, por gente deshonesta, en vez de elegir ecuatorianos, gente que ame al Ecuador, gente que quiera el progreso de la nación, que quiera ser orgullosa de decir ¡SOY ECUATORIANO!, y vivir en un oasis de paz y de progreso.
¿O es que ya la cepa de ecuatorianidad desapareció del planeta y solo ha quedado el excremento puerco de la inmoralidad, de la delincuencia y del narcotráfico. ¿Lo material es lo único que cuenta para nosotros? ¿Para qué queremos poseer? ¿No nos hemos dado cuenta que lo que verdaderamente vale, lo estamos poniendo a un lado? ¿Somos tan ciegos?
Debemos recordar las palabras de Domingo Savio: “De que le sirve al hombre ganar todo el mundo, si al fin pierde su alma”. Posiblemente ya muchos superaron el escollo de la vergüenza y el arrepentimiento, peo me permito una reflexión: cuando morimos, ¿se acabó nuestra vida? O ¿hay una vida después de ésta?
Aún sin esa reflexión, ¿pensamos en el mundo que le dejamos a nuestros hijos? ¿Es el dinero o las posesiones, lo único que vale? ¡He visto y veo desaparecer fortunas!
La vorágine del materialismo nos está alejando del destino para el que fuimos creados. Desgraciadamente, estamos remando a favor de la corriente, corriente que nos está llevando a la descomunal cascada de la perdición total.
Empecemos con fuerza a remar contra la corriente y pidamos a Dios que aparezca un remanso, una pequeña playita, y que nos permita acercarnos a la orilla y salvar nuestro mundo.
La verdad es que somos más estúpidos que los animales. Como dijo Sir Winston Churchil «los animales nunca permitirían que los lidere el más estúpido de la manada»
Los delincuentes del SSXXI que han sabido manejar a la mayoría de estúpidos latinos. Unica manera de haber llegado al poder en Argentina, Bolivia, Venezuela, Ecuador, etc.