21 noviembre, 2024

Las leyes antiaborto

Preocupa y mucho leer en los diarios, que los Médicos advierten peligro a mujeres, por leyes antiaborto.

Al parecer, el gravísimo problema que enfrenta el mundo, es el concepto errado que se tiene de lo bueno y de lo malo.

Ahora, al parecer, el asesinato es bueno, lo malo es que las leyes antiaborto, van a poner en riesgo a las mujeres que quieran asesinar a sus propios hijos, ya que tendrán que hacerlo por medio de abortos ilegales.

Vale la pena aclarar, que en el aborto, aún en condiciones óptimas y con el personal más calificado, hay mayor riesgo de muerte, que un embarazo en iguales condiciones, de acuerdo con las estadísticas mundiales.

Querer vender la idea de que el asesinato de un no nacido es algo deseable, es una aberración mental, propia de personas para las que los valores y principios, están dictados únicamente por la conveniencia personal y por el capricho y la comodidad, sin pensar siquiera en los demás y en la justicia.

De acuerdo con la nota del diario, la Dra. Rashmi Kudesia, Ginecóloga que tiene una Clínica de Fertilidad en Houston, Texas, esas normativas son “muy peligrosas”, porque dificultan tener un “aborto seguro y saludable”. Indudablemente, ella defiende su criminal negocio pero, de acuerdo con las estadísticas mundiales, como ya lo dije antes, y como lo dicen las estadísticas mundiales y nacionales, hay más mortalidad por aborto que por parto.

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Diez veces NO

He decidió compartir mis reflexiones de por qué votaré NO en cada una de las preguntas que en mayo se nos consultará en urnas. A saber:

1. Creo es la menos inocente de las preguntas, pues a todas luces aquí se quiere reparar un olvido de los asambleístas constituyentes en Montecristi. Al redactar la Constitución del año 2008, olvidaron incluir este inciso que ahora se nos propone aprobar. El problema no está sólo en las argucias empleadas en los procesos judiciales penales para conseguir que el calendario caduque la prisión preventiva. El problema va más allá, pues la caducidad de la prisión preventiva es resultado del sistema penitenciario y judicial – penal que no sabe de tiempo, eficiencia, y objetivos claros. Muy aparte de nombres simpáticos para las nuevas dependencias públicas, la política penal sigue siendo la misma: el hacinamiento de presos, de procesos, de indagaciones previas, de informes policiales. El agregado que se nos pide aprobar no nos dará la solución que necesitamos.

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