Este artículo, publicado en Desde mi Trinchera el 23 de enero del 2013, tiene ahora tanta vigencia como hace 14 años, razón por la que vuelvo a enviarlo.
“Cualquiera tiempo pasado fue mejor.”
– Jorge Manrique
Fuera de nuestro nunca bien ponderado Prócer de la Independencia, poeta eximio, hombre público brillante y orador de extraordinarias cualidades, Don José Joaquín de Olmedo y Maruri, han habido varios grandes poetas y autores que han llenado miles de páginas de consejos, de escritos edificantes, destacando la moral ya sea en la forma de fábulas o cuentos, versos, y varias otras expresiones artísticas, los que sirvieron, en esa ya lejana época cuando la gente que aspiraba llegar a ser algo por esfuerzo propio, pudiera enriquecer sus mentes con lecturas morales, o con escritos y poemas románticos, caballerescos, espirituales, reflexivos, así como ahora buscan desesperadamente las noticias del Extra, las novelas escabrosas y tantos otros escritos basura que no dejan nada positivo para el alma (hay, por supuesto muchas obras extraordinarias, de verdadero valor, pero cada vez es más difícil escoger lo que vale la pena y lo que no vale la pena ser leído).
Quiero hoy presentar a un venezolano del siglo XIX: Elías Calixto Pompa Lozano, hijo de un científico investigador de las propiedades curativas de las plantas, que publicó el libro de Medicamentos indígenas y era muy conocido por sus investigaciones.
Elías Calixto nació un 14 de Octubre de 1836 ó 1837. Sus padres fueron Gerónimo Pompa (Prócer de la guerra de independencia) y Gerónima Lozano. Comerciante de profesión, poeta y dramaturgo de vocación, y político de afición, lo que le valió cárceles y exilios. Entre sus obras teatrales, destacan Violante y chascos de amor, o El corazón en la cara. De formación autodidacta, logró ser diputado de la Asamblea Legislativa por el Distrito Caucagua. Colaboró con los periódicos “El Federalista”, “El Porvenir”, “Diario de Avisos”, “El siglo”, “El Independiente” y “El Fonógrafo”. Durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, tuvo que salir exiliado a Estados Unidos. Escribió algunas veces bajo el pseudónimo de K-Listo.
Entre sus más hermosos sonetos de formación, que en la época de escuela nos enseñaban a los que nos tocó estudiarla por la primera mitad del siglo XX, cuando aún se consideraban materias importante la moral y la cívica tan venidas a menos en estos tiempos, están los tres que voy a presentar ahora: “Estudia”, “Trabaja” y “Descansa”.
ESTUDIA
Elías Calixto Pompa
Es puerta de la luz un libro abierto;
entra por ella niño, y de seguro
que para ti serán en lo futuro
Dios más visible, su poder más cierto.
El ignorante vive en el desierto
donde es el agua poca, el aire impuro,
un grano le detiene, el pie inseguro;
camina tropezando, ¡vive muerto!
En ese, de tu edad abril florido
recibe el corazón las impresiones
como la cera el toque de las manos.
Estudia, y no serás cuando crecido
ni el juguete vulgar de las pasiones,
ni el esclavo servil de los tiranos.