El futuro mediato de Chile es de considerable expectativa geopolítica como consecuencia del mandato de la nueva bestia del comunismo mesiánico personificado en Boric. Un sujeto ínfimamente preparado, precariamente estructurado e insustentablemente calificado se definirá entre su pragmatismo electoral y la radicalidad de su existencialismo. Su irreverente juventud, marcada inexperiencia y frágil estabilidad emocional constituirán el macro desafío para la racionalidad republicana chilena. Quienes apostaron por Boric insistirán en todo aquello que el insolvente filosófico Allende no tuvo cómo producir en medio de una gran confrontación política y lo que la garantista democrática Bachelet, cuña del mismo palo, no supo cómo conducir durante 8 años a pesar de liderar una nación con gran empuje empresarial y sólido crecimiento económico.
Boric intentará mantener sus postulados políticos, camuflados de supuestas reivindicaciones sociales, a costa del libre mercado, el crecimiento económico y las libertades individuales. El novato Presidente se enfrentará, más temprano que tarde, a una férrea institucionalidad que no le permitirá consumar de extremismos a una sociedad que pronto recordará la dimensión política de Aylwin, patriarca de la democracia, y del socialista contemporáneo Lagos, verdaderos estadistas de la gran recuperación económica junto a una sólida reestructuración republicana. Llegarán mejores días cuando Boric haya partido, la sociedad recuperado a sus políticos y la cordura regresado a los electores.
Me parece que estos gobernantes comunistoides gozan del aprecio de casi todas las organizaciones internacionales.
Es increíble que los pueblos elijan a gente sin preparación alguna para que los gobiernen.
Justamente, por que el pueblo tampoco tiene preparación, sienten que es uno de ellos
El electorado juega a los dados en la ruleta de las elecciones con candidatos que mas que ofrecer con solvencia apuestan con audacia.