Es inconmensurable el dolor que me corroe el alma.
Jamás pude imaginar el daño que causaría una herida que sin ser física, paraliza tu vivir y hace que te sientas como si te ahogaras; como si ya no respiraras, como si en ese momento te fueras a morir.
Lo peor de este fatal sufrimiento, es que te corroe silenciosamente, sin que nadie sospeche la inmensa agonía que llevas por dentro.
No existe dolor mayor que el de no ser amado.
Descubrir que te han fingido, son cuchillas mortales que te laceran, te desgarran y te impiden vivir con la felicidad que antes lo hacías.
Jugar con los sentimientos, es una de las más execrables conductas de los humanos.
Que un ser humano abuse del amor de otro y lo haga sentir correspondido sin serlo, es una desnaturalización de los instintos más bajos que una persona puede utilizar para conseguir sus calculados fines.
Abusar de la ascendencia que se tiene sobre quién se ama, otorga una superioridad de manipuleo infernal, que tarde o temprano lastima al que no se ama.
Cuando se abusa de esta sumisión derivada del amor del otro para beneficio propio, se evidencia el cálculo y la maldad de quién conscientemente lo planea.
Obviamente que nadie que haga esto estará dispuesto a reconocerlo.
El ofensor se sentirá más ofendido y gritará más que el destruido.
Encontrará miles de pretextos y pondrá las cosas como quiera que se vean.
Actuará como si el ofendido fuera él ofensor y encontrará culpabilidad en el otro, para justificar su propio quemeimportismo sentimental.
El aprovechador jamás admitirá su culpa.
Le echará la misma a su pareja o buscará culpables que justifiquen su estrategia.
El mundo es hermoso y ruin también a veces.
Descubrir que el ser amado es lo peor que te ha pasado en la vida; lastima.
Comprender que solo fuiste usado y todo fue fingido, erosiona el alma, aniquila el corazón.
Saber que solo fuiste una vergonzosa necesidad, te convirtió en algo que debía existir solo para el que quería llenar sus carencias, sin cambiar nada de su vida, sin arriesgar nada, sin jamás pensar en un nosotros, para hacerlo solo en lo que quiero, lo que necesite y lo que voy a conseguir.
Estos golpes de la vida hieren mortalmente; pero no te matan.
Las heridas sanan lentamente; pero lo hacen.
Pensar en cuanto quisiste dar y cuanto recibiste, es la mejor cuantía del grave error que cometiste.
Nadie que no esté dispuesto a dar su vida por el otro, puede ser amado igualmente por el otro.
Es difícil estar en los zapatos de otra persona. No lo deseamos y menos cuando de sufrir se trata.
El tiempo y la distancia ayuda.
Andres Mata, poeta y escritor, en su poema Música Triste, dice “Otro amor llegará más duradero y menos doloroso que el olvido”
Un abrazo