Todos por Ucrania

¿No es increíble que hoy, en plena industrialización mundial y proclamada la humanización social como su base, una potencia mundial proclame su presencia con la amenaza de una guerra nuclear? Es lo que con mucha claridad, el ministro de RR.EE. ruso ha expresado si es que Occidente, al menos, no deja en libertad a Putin para tomar Ucrania para sí. Porque no está ocurriendo solo una mera confrontación militar. El proyecto de los jerarcas rusos es demostrar, con la destrucción de Ucrania, que están listos para detener el progreso social, económico, científico y cultural de Europa, que estorba la expansión rusa… Pero la maquinaria y las tropas rusas están siendo severamente golpeadas por los ucranianos…¿Hay alguien con ceguera política que no alcanza a comprender este evento?

Para Rusia el sueño de una nueva URSS, bajo su mando, se está volviendo una pesadilla. Las intenciones stalinistas de ayer ya no cuentan hoy. Putin está corto en la práctica de sus intenciones, y pretende mostrar ante el mundo un poder que no lo tiene. Ni el pueblo, ni los militares, ni los empresarios favorecen semejante estupidez política. Por demás saben que la miseria social en que subsiste la mayoría de rusos, exige atención a un bienestar de salud, alimentación trabajo hasta ahora negado. Los pocos de su entorno han empezado a dar marcha atrás, y Rusia tendrá que encuartelar sus soldados, engañados de que iban ser aplaudidos en Ucrania… Con sus manos están destruyendo los propios tanques rusos, abandonando sus uniformes y entregando sus armas a los ucranianos. ¿Está claro? NO QUIEREN GUERRA!

Putin está desesperado! Sin nada claro, entre sus generales que son muertos y los que piden que sea asesinado… Su pasado de crímenes y castigos en la KGB, olvidados en sus años de gobierno mediante el fraude, ya es voz del día entre los mismos rusos que exigen su salida. Pero algo, y muy grave, es el bloqueo financiero, económico y comercial de Occidente, que deja a Rusia sin empresas, sin negocios y sin proyectos industriales…

El hambre estaría de nuevo en las comunidades medias y pobres. Y las enfermedades empiezan a marcar, como en el pasado, la vida del pueblo ruso. ¿Es que la prepotencia y la vanidad de Putin son más poderosas que la realidad social, que no aprueba sus actos de violencia infundada?. Realidad mundial convertida en un solo grito: ¡Todos por Ucrania!