Eres la sin razón del sentido sin sentido de toda mi razón. En ocasiones uno encuentra su destino en el camino que tomó para evitarlo.
Llegaste cuando ya no te buscaba.
Has convulsionado mi vida en Instantes de un tiempo carente de medida.
Me has llevado al límite de un infinito imposible de cuantificar.
Por la fuerza de tu amor, me he quedado suspendido en un despacio espacio donde solo se escuchan los callados gritos de un eco enmudecido.
Solo veía lo que me dejabas ver.
Aprendí a quererte por la tristeza que me genera tu ausencia.
Cada instante de mi vida transcurre bajo la presencia de tu imagen.
Todo lo tuyo me importa mucho más que todo lo demás.
Soy consciente de vivir una mágica irrealidad cuya única realidad eres tú.
Es como estar en un sin nada que de ti se llena todo.
Las palabras silenciosas con las que me hablas, me hacen escuchar el mutismo silencioso que dice solo lo que necesito oír.
Me imbuyes de una pasión incontrolable, indomable, ingobernable.
Cuando me siento frágil me refugio en los inacabables instantes de ternura que me otorgas.
El sometimiento de mi someter, me hace entender que me das lo que me das, porque me lo quieres dar.
Mientras amé tu tiempo, el tiempo fue mi tiempo.
Te he extrañado solo dos veces en mi vida. Una en cada mañana y otra en cada tarde de todos los días de mi vida.
Cuando regreso a mi realidad, descubro que el terminar es solo una nueva forma de empezar.